Carta CIV.

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Querido Justin:

Mañana es tu cumpleaños...

Me siento feliz y a la vez, triste.

Te preguntarás; ¿por qué?

Bueno, estás creciendo muy rápido y eso es asombroso, pero no es fácil.

No es fácil porque no estoy ahí contigo para memorizar, vivir, experimentar esa maravillosa etapa de tu vida.

Hablándote claro... No sufro porque estés creciendo, por supuesto que no, me alegra que Dios te regale otro año más de vida. Lo que me entristece es que no pueda vivir esos maravillosos momentos y uno de ellos es verte crecer como persona.

Pero lo acepto. Está bien.

¿Qué más puedo hacer? Esta es la realidad que me tocó vivir.

Mi querido Justin, creces tan rápido...

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