𝘛𝘳𝘢𝘣𝘢𝘫𝘢𝘳 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘢𝘵ó 𝘢 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘢 𝘭𝘢 𝘴𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦.
•••••••••••••••••••••••••••••••••••• Anya Mood
Te envían a esta nueva vida y descubres que tu familia no es realmente lo que dicen. Con...
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Misión 12: Cringe
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Ser un genio es una cosa, pero educar un genio… es un desafío diferente.
—Cruella
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Finalmente llegó la semana de exámenes, el tío Yuri me ayudó durante los fines de semana a estudiar las distintas materias, cuando dio el visto bueno, me sentí llena de confianza. Esta semana tengo cinco exámenes, uno por día, el ambiente es tan extraño y sé que todos estamos muy nerviosos.
A pesar de ser sólo el primer parcial, el profesor Henderson nos advirtió que si se reprueba cualquier examen, obtendremos los terribles Tronitus, y si se juntan 8, básicamente estás fuera de la escuela, creo que puedo reprobar alguno. En cambio, si tenemos buenas notas se nos dará una Stella, aunque sólo sea a los dos primeros lugares.
—¿Estas nerviosa, Anya?— me preguntó Becky.
Obvio que estoy nerviosa, las manos me sudan y siento que se me olvida todo. Pero he estado estudiando día y noche, y no será en vano, dejaré el alma en estás pruebas y obtendré esa Stella.
¡Por Yor, por Loid, por Yuri y por Narnia!
Al final como siempre, decepcionada de la vida, los exámenes no estuvieron tan difíciles, me alarmé y estudié como filósofo del siglo XIX (19 para los que no sepan) por nada. Después de hacer cada uno de los exámenes de materias ordinarias, me tocó el último de artes y lenguas, que son mis materias extracurriculares, pero que no cuentan en tu calificación, sólo como experiencia. Debo decir que disfruté mucho el de violín, ya que fue una demostración de las piezas que hemos aprendido.
Luego de una semana, los resultados fueron publicados. Sólo puedo decir que, nací brillante y un poco loca también. ¡No soy como ellos, soy mejor! Ah, demasiado egocentrismo.
Ya sabía de antemano mis resultados, pues papá creía que la misión estaba en peligro por verme estudiar materias de más. Al menos sé que su confianza es como un n duende, inexistente. Cómo sea, este señor que dice ser mi padre, se infiltró a la escuela para ver mis resultados y corregir mis respuestas por si no pasaba. ¡Ups, sorpresa!, resulta que tuve la mayor calificación de mi salón, exactamente un 9.7, siendo la número 9 en promedio general.
