Prólogo

275 25 0
                                    

Oliver

Domingo 1 de octubre.

Escucho mi puerta ser golpeada suavemente y no le hago caso. Abren la puerta y sigo sin hacer caso.

—Bebé—, murmura mi madre sentándose en mi cama.

Cuando escucho que es su voz abro los ojos y me desperezo en mi cama.

—Buenos días, mamá. ¿Qué sucede?— Pregunte, curioso. Ella nunca venía a mi habitación.

—Tu padre quiere hablar contigo en el almuerzo. Y como ya falta poco para este, me preocupé al ver que no bajabas y vine por tí.

Sonreí enternecido por su respuesta. Anoche había salido de fiesta con unos amigos y había vuelto muy tarde.

—Volví muy tarde anoche. Pero ahora bajo— le informo.

Ella sale sonriente por la puerta de mi habitación y yo me dedico a levantarme de mi cama y darme un baño rápido. Cuando ya estoy listo bajo por el ascensor hasta el comedor, donde ya mis padres ya me estaban esperando mis padres.

—Buenos días, papá.

—Buen día, hijo— me responde—. Siéntate a almorzar.

Hago lo que me dice y veo un delicioso almuerzo. Empiezo a comer y cuando ya estoy por terminar alzo la cabeza y miro a mis padres, que ya habían terminado de almorzar.

—¿Qué sucede? Están muy tensos.

Mis padres se miran preocupados. A veces pensaba que eran muy exagerados y que me protegían mucho.

—Me voy a retirar de la empresa— asiento con la cabeza—. Y ya sabes lo que conlleva eso, ¿no?

Lo sabía perfectamente. Sabía que esto tarde o temprano iba a suceder, pero no ahora. Y menos cuando me faltaba un año para terminar mi carrera de abogacía.

—Papá, no sé si estoy listo para esto... Sabes que apenas puedo con la carrera y...

—Sabes que eso es lo de menos, puedes pausarla por un tiempo hasta que te sientas listo para hacer las dos cosas.

—Papá...

—Además que todos en la empresa te ayudarán con todo lo que necesites, la vicepresidenta ya está al tanto con esto, y está dispuesta a ayudarte. Y si necesitas mi ayuda para algunas cosas por supuesto que estaré encantado de ayudarte.

—Creo que tendré que pausar mi carrera por un tiempo, hasta que me sienta listo de hacer las dos cosas a la vez.

—Está bien, lo que tú quieras. Mañana a primera hora llamaré a la universidad.

Lo miro asustado. ¿Tan pronto se iba a retirar?

—¿Cuándo te vas a retirar, papá?

—El próximo sábado—. Abro los ojos—. Por eso esta semana estarás practicando y poniéndote al día, y él sábado haré una fiesta donde lo anunciaré oficialmente, para luego no volver nunca—, sonrío por la última frase.

—Está bien.

—Mañana vendrás temprano conmigo—, asiento.

Hola, ¿cómo están?

Aquí un poco de contexto, pronto habrán más capítulos.<3

Besos,

Abril.

Mejor de a tres que de a dos [Próximamente]Where stories live. Discover now