Capítulo 3

4 2 10
                                    

Liam

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

Liam

9 de febrero de 2020

Cuando Becca y Thomas me invitaron a merendar, no tenía ganas de aceptar, prefería quedarme en casa viendo alguna película y comiendo comida chatarra. Sin embargo, decidí ser un buen amigo y socializar. Así es como acabé en una cafetería con la chica nueva porque mis amigos cancelaron a último momento.

No es que Aimi me disguste o desagrade. Pero claramente somos polos opuestos con muchas diferencias, como el hecho de que es una loca del amor y yo no creo en esas tonterías, y tampoco hemos hablado mucho entre nosotros. Así que podríamos haber evitado esta incomoda merienda si mis amigos —ahora también suyos, al parecer— nos hubiesen avisado antes que no vendrían.

— Oye, ¿puedo decirte algo?

Levanto la mirada al oír la voz de Aimi dirigirse al mesero, que está dejando nuestro pedido en la mesa. El chico, que debe tener nuestra edad o unos pocos años más, le da un asentimiento de cabeza como respuesta.

— A la chica de la mesa seis le gustas.

Ambos, el mesero y yo, miramos hacia la mesa seis después de lo dicho por Aimi. Y, efectivamente, la chica allí sentada parece muy interesada en nuestro mesero. Que se encuentra bastante sorprendido por la intervención de mi compañera pero, aún así, luce satisfecho.

—Gracias por el dato. Eres genial. Te has ganado un descuento —le dice antes de guiñarle un ojo y marcharse a la mesa seis.

Frunzo el entrecejo ante la enorme sonrisa que se forma en el rostro de Aimi. Realmente no logro entender su fanatismo por el amor, o la constante necesidad que parece tener en cuanto a formar parejas. Hace un rato incluso ayudó a un chico a declararse porque estaba demasiado nervioso. ¡Y ella ni siquiera lo conocía!

Es como si tuviese un detector de estúpidos enamorados.

Mi cabeza va a mil por segundo, intentando descifrarla mientras la observo tomar su licuado. Sus redondos labios rosados rodean la bombilla y, de a ratos, la mordisquea. Sus brillantes y alegres ojos celestes recorren el lugar detenidamente, luciendo como si estuviese buscando otra pareja que formar. Me paso varios minutos observándola y, al darme cuenta de ello, apartó la mirada de inmediato, centrándome en mi bebida.

La rubia extrae del bolsillo de su chaqueta dos paletas en forma de corazón y me ofrece una. La rechazo con un movimiento de cabeza.

—Deberías dejar de comer tantas paletas, no es bueno.

—Y tú deberías sonreír o espantarás a todos con tu cara de chupa limones. — responde soltando una risita.

Pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos ante sus palabras. De inmediato parece arrepentida por lo que ha dicho, y la veo morderse el labio inferior en medio de un debate interno. Disculparse o no.

Operativo Cupido Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt