HEAVENLY | TEEN WOLF

01

LOVE

Estacione mi volkswagen beetle azul en uno de los aparcamientos vacíos frente a la preparatoria Beacon Hills. Había venido a recoger a Liam,  hoy era su primer día en una nueva escuela y me sentía ansiosa por sabes cómo le fue. Desde que lo expulsaron de Devenford lo he notado un poco triste y apagado, no me gustaba verlo así.

Observó atentamente cómo los estudiantes entran y salen de la preparatoria uno tras otro, hasta que finalmente identifico una cabellera castaña entre la multitud. Liam no tarda mucho en localizar mi auto y se aproxima a pasos rápido y firmes hacia donde me encuentro.

En un parpadeo, Liam ya se encontraba fuera del carro y estaba abriendo la puerta del copiloto para subirse.

— Hola cachorro, ¿cómo te fue en tu primer día?— salude con una sonrisa amplia en el rostro mientras él se acomodaba en su asiento.

Dejo la mochila en sus pies y se inclinó un poco a la derecha para poder cerrar la puerta del auto.

— Bien, Lovie —respondió mientras se coloca el cinturón de seguridad — Estoy seguro que entraré al equipo.

— Por supuesto que entrarás. Nadie es competencia para ti, cachorro — aseguró dedicándole una sonrisa tranquilizadora. Liam me sonríe de vuelta y eso me alivia mucho.

— ¿Y a ti cómo te fue en el trabajo? — pregunta cambiando de tema.

— Renuncie en Sinema, me harte de Phil y sus malos tratos...— le cuento mientras encendió el auto y observó por el retrovisor que no hay ninguna persona atrás.

— Ya era hora...Phil es un abusivo.— expresa Liam acompañado de un bufido.

Arrancó el carro en reversa cuando veo que es seguro avanzar.

— ¿Y con la aplicación cómo vas? ¿La usaste hoy? — inquiere mi hermano con curiosidad.

Ni recordaba la aplicación, la usé tres veces y me aburrió.

— Ayer intercambié mensajes con dos señores, pero ambas conversaciones fueron aburridas y sin sentido. Solo me pedían fotos de mis pies.— arrugo la nariz con disgusto y Liam se ríe.

— Debe ser porque no haz personalizado tu perfil.— deduce Liam — ¿Dónde está tu celular?

— En mi bolso. — contesto mientras giro el volante a la izquierda para incorporarme a la carretera.

Liam toma mi bolso que está en el asiento trasero y lo abre para sacar mi celular. Una vez que lo tiene en sus manos lo desbloquea y entra a la dichosa aplicación.

— Ok, vamos a poner primero tu descripción física...— habla Liam, visualizo de reojo como empieza a teclear letras en mi celular.

—  A ver...cabello castaño, ojos azules, tez blanca, estatura promedio y cuerpo 90-60-90.

Frunzo el ceño al escuchar lo último y le doy un leve golpe en el hombro.

— ¡Oye! No exageres con la descripción, mi cuerpo no es así — lo regaño.

— ¿Qué tiene? Los viejitos ni cuenta se van a dar porque no los verás en persona — dijo encogiéndose de hombros.

— De todos modos, ya sabes que no tolero las mentiras — le recuerdo para después girar a la derecha el volante, cogiendo una atajo hacia nuestra casa.

Cuando digo que no tolero las mentira hablo en serio, no puedo decir una mentira porque en el instante me dan unas intensas ganas de vomitar.

— Bueno, tienes razón, no queremos que vomites en tu principal herramienta de trabajo — suelta Liam haciéndome reír.