Capitulo 11

45 2 8
                                    

Veía a Belial quemándose…estaba ardiendo en un torrente de llamas con forma de…¿Personas?

—Corre Lua…—suplicaba de rodillas mientras un enorme moustro le arrancaba las alas

—¡Nooo!— unos ojos negros aterradores me miraban riendo con placer de causar dolor al hombre que estaba frente a mi y entre lágrimas  desperté con un dolor de cabeza inmenso. Sentía mis ojos palpitar y algo me decía que Belial me necesitaba a su lado, un pesar en mi corazón me llamaba hacia el.

*BELIAL* susurré tratando de abrir los ojos pero solo lograba ver manchas borrosas, me pare de la cama tratando de mantener el equilibrio tambaleándome de un lado a otro pero a tropezones llegue a la puerta abriéndola torpemente

—Bel….Bel…Belial…— llame con voz poco audible y cruce el corredor hasta llegar a la puerta de su habitación empujando la puerta con todo mi peso cayendo al suelo con un ruido sordo

—¿Qué haces fuera de tu maldita cama?— escuche el gruñido de Belial acercarse a mi con voz ronca

—Tu…me necesitas—dije agitada con los ojos aun cerrados pero levantando mi mano para morder fuerte mi muñeca con mis colmillos

—¡Que haces! Mira como estas y aun así…mírate- los brazos de Belial me acercaron a el, estábamos los dos tirados en el suelo, yo frente a el acurrucada en su pecho, era gracioso y molesto notar que efectivamente era Belial por su peculiar olor que me volvía loca, había cambiado últimamente a cuando lo conocí, ahora su aroma era una mezcla de leña en el fuego con un toque de azúcar

—Tómame— sentía el liquido caliente escurriendo por mi brazo y levante mi brazo en el aire mientras con mis labios bese la manzana de adán de Belial

—No puedo hacer eso ahorita que estas débil, estuviste a punto de cambiar por completo debido a ciertas situaciones y pudiste haber muerto Corderito, necesitas descansar

—No puedo ver, pero te aseguro que en cuanto pueda abrir los ojos y vea como te encuentras me voy a enfurecer tanto que vas a terminar viendo cómo hago frente a ti lo que mas odias

—¿Amenaza?- un pequeño gruñido como león enfurecido escapo de su garganta, pero sin pensarlo lamió mi brazo haciendo mas profunda mi herida con su afilada uña haciéndome gemir de dolor, pero debo admitir que me gustaba la combinación del dolor, su lengua en mi piel y su exquisito olor.

Su cuerpo comenzó a ponerse mas caliente cuando soltó mi muñeca para luego sellar la herida como siempre con su mano para que dejara de brotar la sangre, me sentía muy débil sin poder moverme cuando el me levanto como si nada y me di cuenta que me llevaba a mi cama

—No…quiero…dormir…sola…— dije en pausas por la falta de energía y aire

—Estaré contigo, solo dame unos minutos mas para poder darte a beber de mi sangre

Me recostó en mi cama y un pensamiento fugaz de que sería cómodo que me desvistiera, si ya se, estaba completamente enferma pensando en sexo cuando tenia un pie junto a la muerte pero lo deseaba tanto y me sorprendió que Belial arranco mi ropa ; Lo sentí meterse junto a mi en la cama,  su cuerpo desnudo tocando el mío y caí profundamente dormida

—Corderito...¿me escuchas?— Belial me llamaba mientras movía mi cabello a un lado— Necesito que despiertes ya han pasado 2 días preciosa—

—Estoy bien— abrí mis ojos lentamente y pude ver su silueta sobre mi

—Trate de despertarte, vinieron a verte Foxy y Grecia pero jamás despertaste

—Solo me sentía muy cansada, ahora muero de hambre pero siento el cuerpo muy pesado— vi su cuerpo desnudo y lo acerque para besar sus labios

PENUMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora