10. Recuerdos turbulentos

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-¿En qué tanto piensas, Luzu?

Vegetta se sentó junto a Luzu.

Estaban justo en el borde de la azotea, el lugar brindaba una brisa suave, pero que lograba hacer revolotear el cabello de ambos. Estaba apunto de hacerse de noche y ambos apreciaban el escenario frente a ellos.

Pero el pelinegro estaba consciente de que Luzu sólo subía a ese lugar cuando se sentía mal o algo estaba haciendo que se comiera la cabeza vivo. Solía darle su espacio cuando aquello pasaba, esperaba un par de minutos y luego subía con él para ver qué pasaba, esa vez no había sido la excepción.

El castaño sostenía su teléfono con las fotografías de el y Quackity aún en la pantalla, Vegetta esperó pacientemente a que respondiera y no siguió insistiendo, pues si Luzu no quería contarle, no iba a obligarlo a que le contara lo que estaba pasando.

-Con toda esta situación de que ahora todos están seguros de que Quackity y yo somos algo, algunos recuerdos se me vienen a la mente — Luzu bajó su mirada a las fotos — pero con reacciones distintas y no tan buenas.

-Sé de qué me hablas — Vegetta asintió, acomodó su cabeza en sus rodillas y observó a Luzu — Cuando las fotos de ti y Auron se filtraron, recuerdo las reacciones de los que decían llamarse tus "fans" y las reacciones de todos los medios de comunicación — Vegetta aún sentía furia cada vez que recordaba lo que había pasado.

-Recuerdo cómo me repetía a mi mismo todos los días que lo que sentía no era normal, que no estaba bien — Luzu observó sus manos, había dejado el teléfono a un lado — en un punto de mi vida llegué a creer que sentir era incorrecto, Vegetta, gracias a ellos y a sus comentarios.

Vegetta se quedó en silencio, sabía que cuando Luzu hablaba sobre lo que sentía, lo mejor era callar y escucharlo, porque eso era lo que todos necesitábamos al final de día, ¿No?

Alguien que nos escuche.

-Creí que no sería tan malo, pero por alguna razón todos comenzaron a tratarnos diferente en ese momento a mi y a Auron, cómo si por el hecho de amar a alguien dejaras de ser un ser humano — rió sin gracia —  me solía preguntar cada maldito día en el que me despertaba cómo Auron podía aguantar tanto, hasta que me di cuenta de que simplemente nunca lo aguantó, solo fingía hacerlo. Y supongo que el amor no siempre es suficiente, no fue suficiente para el, por lo menos...

Vegetta se re-lamió los labios, y antes de hablar, abrazó a Luzu y lo pegó a el.

El castaño se acomodó entre los brazos de su mejor amigo, casi como un niño pequeño cuando lo devolvían a los brazos amorosos de su madre luego de no haberla visto en todo el día.

Amaba el olor de Vegetta, lo relajaba tanto, pues a pesar de usar una loción "de hombre", las cuales solían ser fuertes, su olor era suave.

Luzu suspiró y hundió su cabeza en el cuello de Vegetta mientras este acariciaba su espalda y le decía al oído que todo estaría bien y que no tenía razones para preocuparse.

-No te preocupes por eso ahora, Luzu, ya viste que todos te apoyan a ti y a tu relación con Quackity...

-¿Y si vuelve a suceder, Vegetta, y si el también se va? — Luzu preguntó, a pesar de no estar llorando, su voz se escuchaba rota.

-No va a suceder, Quackity te quiere demasiado y estoy seguro de que lo último que podría hacer sería abandonarte — Vegetta aseguró con una sonrisa — tranquilo, Luzu, aquí estoy, aquí está el, estamos bien.

-Estamos bien...

[💙]

-¿Estás seguro de que sabes cocinar esto, Quacks? — Luzu preguntó inseguro mientras observaba cómo Quackity leía una hoja mojada y con manchas.

-Claro que estoy seguro, Luzu — Quackity rodó los ojos — Sólo hazme caso y sígue mis pasos, ¿Okay?

-¿Seguir tus pasos no es lo mismo que hacerte caso?

-¿Si te callas?

Luzu nunca había pensado sobre lo complicado que sería cocinar con Quackity, y en ese mismo momento estaba pagando el precio de no haberlo pensado antes.

Le habría salido mil veces mejor pedir música a domicilio, pues Quackity era un mandón de lo peor que quería que todo se hiciera como él lo dijera aunque las instrucciones parecieran no tener sentido alguno.

Solía defenderse con el hecho de que la recta estaba sacada del libro de recetas de su abuelita y que si estaba ahí debía ser porque la recta estaba correcta, así que Luzu no se encontraba en condiciones para cuestionar lo que Quackity le mandaba hacer.

En ese momento se encontraba batiendo la mezcla mientras el pelinegro preparaba en un recipiente distinto una crema decorativa que había encontrado en TikTok.

Se suponía que iban a hacer un pastel, pero en ese momento Luzu no me veía futuro al postre. La cocina estaba hecha un desastre y ellos tenían manchas de ingredientes como huevo y harina por todo el cuerpo, rostro e incluso en el pelo.

Quackity se sentó en el mostrador mientras leía detalladamente la recta una vez más. Luzu lo observó de reojo y sonrió, terminó de dejar las cosas en el lavatrastes y se limpió las manos antes de acercarse al pelinegro.

Colocó sus brazos alrededor del cuerpo de Quackity y lo observó detenidamente, el pelinegro se puso nervioso al instante y dejó la hoja con la receta a un lado para centrarse en Luzu.

El castaño sonrió y tomó el rostro de Quackity para comenzar a esparcir besos por toda su cara evitando sus labios a proposito. Quackity soltó una risa nerviosa y llevó sus manos a la nuca de Luzu para atraerlo más a el.

Luzu se acomodó entre las piernas de Quackity y acarició la piel debajo de su camisa lentamente mientras disfrutaba del momento.

"¿Y si el también se va?"

Luzu frunció el ceño e intentó ignorar aquellos pensamientos. Quackity notó aquel ceño fruncido y tomó el rostro de su novio.

-¿Qué pasa?

Luzu quitó el ceño fruncido de su rostro al instante y sonrió.

-No es nada, Quacks, no te preocupes por eso ahora.

-¿Seguro, Luzu?

-Claro, cora... — Luzu se detuvo a media palabra.

Deseó desaparecer al darse cuenta de que había estado a punto de decirle "corazón" a Quackity.

Ambos se quedaron en silencio un par de segundos y no se escuchó nada mas al rededor de ellos.

Hasta que Quackity tomó las mejillas de Luzu con fuerza y unió sus besos una vez más. El castaño llevó sus manos a la nuca de Quackity y siguió el beso al instante.

Cuando se separaron, Quackity sonrió.

-Sigue hablando — pidió, refiriéndose a la oración anterior.

-Claro, corazón — Luzu dijo con una sonrisa en sus labios antes de volver a besar al pelinegro.

[💙]

SABEN QUE RECIÉN TERMINÉ EL CAPITULO Y RECIÉN ME ACORDÉ DE QUE LUZU ANDABA EN MULETAS...

Hagamos cómo si ya había estado usando muletas mucho tiempo y ya podía caminar normal, okay 😘

Nos vemos ♡︎

[💙]

En La Pista De Hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora