Variantes [Tails x Lectora][Sonic Prime]

09

El sol brillaba con intensidad sobre tu rostro intentando traspasar tus párpados.

Pestañeaste un par de veces antes de intentar levantarte por el dolor que se empezaba a percibir a lo largo de tu espalda y tu cuello.

—¿Cocos? —pregunto el zorro apareciendo de la nada a tu lado mientras te extendía con su mano robótica un coco partido por la mitad.

—¿Ah, gracias?

No habías consumido nada desde que ese lío del prisma paradoja comenzó, al menos un poco de líquido te haría bien.

—¿Que paso? —preguntaste sintiéndote abrumada por el radiante sol sobre ti.

—Nos quedamos dormidos aquí, eso parece —respondió el zorro restandole importancia—. ¿Te sientes mejor?—

—Sí, supongo que sí, gracias por todo, Sails —le sonreíste intentando esconder la vergüenza que te causaba pensar lo débil que te habías visto el día anterior.

—No hay de que, puedes confiar en mí para lo que sea —te sonrió amablemente—. ¿Quieres que volvamos al barco? Los demás deben estar preocupados.

Negaste inmediatamente. —Regresa tú, yo tengo que seguir buscando el fragmento, además, eres tú por quién deben estar preocupados.

El nerviosismo lo invadió de inmediato, tenía que detenerte antes de que te fueras otra vez.

—¡Sonic seguramente está inquieto por ti!

Golpeaste tu cabeza contra la cáscara del coco con arrepentimiento.

'Mierda, siempre me enojo por todo y lo termino arruinando en un impulso'

—¡Hey! Tranquila —te arrebato el coco y sobo tu frente con delicadeza—. Te puedes lastimar.

Suspiraste notablemente cansada, él siguió hablando.

—Hagamos esto, regresamos al barco, regañas a Sonic y todo lo que quieras, después los demás los ayudaremos a buscar ese tal fragmento ¿Te parece?

Realmente estaba dudando si sus sospechas eran ciertas y el fragmento del prisma paradoja del que tanto hablabas era la misma piedra preciosa que pensaba.

De todas maneras no te dejaría ir sola a un lugar tan peligroso, así que prefirió guardar su hipótesis.

—Es seguramente la mejor opción que tengo hasta ahora.

Te posicionaste a su costado y tomaste su mano.

—Vamos, creo recordar bien cómo era el barco.

—¡Una cosa! —el zorro apretó tu mano con fuerza—. Aún me debes un beso.

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—¿Pero que no hicimos eso anoche? —pregunto confundido el erizo al ver que el capitan iniciaba otra fiesta.

—Relajate, come una salchicha de mar —hablo Terror para que Big le extendiera el aperitivo mencionado—. Deja que tus preocupaciones naveguen.

—Sí okay, pero es que acaba de amanecer.

El equidna estaba apunto de responder hasta que un destello a mitad del barco los distrajo a todos, inmediatamente se dieron cuenta que quienes aparecían ahí eran Sails y tú.

—¡___, sabía que ibas a regresar! —exclamó feliz el cobalto yendo a abrazarte—. Aunque por un momento creí que me abandonarías.