devil by the window ○ yeongyu

3.

Lo primero que hago al despertarme después del extraño sueño que tuve durante la noche; uno en donde unas manos sin nombre me abrazaban, y la voz de Yeonjun me susurraba delicadamente tras mi oreja. Tomo mi teléfono para ver la hora. Demasiado temprano para si quiera pensar en levantarme de la cama. Pero más preocupante aún era el hecho de ver un mensaje de Yeonjun esperando en mi notificaciones.

Un inocente: "¿dormiste bien?"

No. No había dormida bien. Me sentía cansado, con los ojos pesados y mi cuerpo se sentía como si hubiese sido atropellado. Aunque ni siquiera sabía cómo se sentía ser atropellado, pero debía ser lo suficientemente parecido a cómo me sentía ahora.

Me apresuro a responderle: "Un poco cansado. Dormí mal, tuve una pesadilla". No me cohíbo de enviarle alguna imagen que me represente. Yeonjun siempre me acusa de infantil pero lo veo lo suficientemente tierno, sobretodo después de verlo reír por mis imágenes.

Yeonjun me devuelve el mensaje de inmediato: "¿Seguro que fue una pesadilla?".

Me detengo a pensarlo. No lo podría clasificar como una pesadilla, pero tampoco como un sueño. Un sueño sería imposible, me sentía extraño. Y ni siquiera estaba seguro de haber estado dormido mientras todo eso sucedió.

Yeonjun simplemente jodió mi cabeza al haber mencionado a los demonios.

¿Y si habían venido por mí?

Me muerdo mi labio inferior cuando le contesto a Yeonjun: "No lo sé".

Era mi respuesta más sincera. No lo sabía. Ni siquiera sabía cómo me sentía con todo lo que pasó anoche. Definitivamente, yo soñando con Yeonjun, en mi habitación, a oscuras, susurrándome, era la último que necesitaba para superar mi enamoramiento unilateral.

Me levanto de mi cama en un salto, porque no tengo sueño. Y debía admitir que sentía un poco de miedo de dormir otra vez. Me estiró hasta la ventana.

Está abierta. Las cortinas también. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando no logro recordar si me había olvidado de cerrarla la noche anterior antes de dormir.

—Me olvidé de cerrarla—le digo a la nada, frente a la ventana—Deja de pensar cosas extrañas—me digo a mí mismo.

Trato de dejar de lado todos mis pensamientos sobre la noche anterior. Y lo decido finalmente: un mal sueño. Eso es todo lo que podría ser. Ni un demonio, ni Yeonjun. Solo era mi mente desesperada por las palabras de Yeonjun.

Recordaba haber leído que los sueños eran un reflejo de tu realidad. Solo trasgiversábamos un poco las cosas. Eso había hecho. Yeonjun había dicho que era follable. No para él, para los demonios. Y eso claramente no estaba jodiendo mi cabeza.

No pensaré sobre eso más. Me digo, soltando un suspiro.

Era un hecho que mi mente no me haría caso. Paso todo el día pensando sobre ello. Luchando contra mis pensamientos. Paso más tiempo del debido en la ducha, mientras me limpio. Y revivo, una y otra vez lo sucedido anoche. Me repetía constantemente que debía tener miedo, en cambio, me encontraba buscando cómo llegar en la pared del baño, mientras pensaba en Yeonjun.

Yeonjun entrando a la mitad de la noche en mi habitación. Tocando mi cuerpo, y susurrándome que me rindiera, que no luchara contra él. Él podría entonces, inmovilizarme, quedarme sin voz y estático, como lo había hecho anoche. No podría gritar, ni pelear contra él. Me pregunto si estoy en perfecto estado cuando comparo a Yeonjun con un demonio. Mierda, un demonio podría matarme. Pero, Yeonjun, ¿qué podría hacerme Yeonjun?

Considero esto como una fantasía, y deshecho totalmente la probabilidad de que me estoy volviendo loco al recordar las palabras de Yeonjun. Solo soy un pervertido, y eso es todo. No debería estar enloqueciendo.

Pero lo estoy haciendo.

Cuando llega la noche, y me aseguro de cerrar correctamente la ventana. Me encuentro en mi cama, pensando si esta noche tendré un sueño igual de interesante al de anoche. Si soñaré de nuevo con Yeonjun. Si manos me tocarán todo el cuerpo, mientras despierto con humedad en mi ropa interior.

A pesar de mis constantes pensamientos, me duermo, y sueño, sueño con una oscuridad de la que no puedo salir. La sensación de placer me recorre durante el sueño. No veo nada, pero lo siento todo.

Las manos que me recorren. El sonido del exterior. Me hace preguntarme si estoy dormido o despierto. Cuando abro mis ojos me encuentro sin nada cubriéndome. El frío de la noche me recorre por completo, tumbado en la cama. No encuentro fuerza para moverme, ni para hablar.

¿Estoy soñando de nuevo? No lo sé, pero me siento extraño. Sin saber si estaba preso de nuevo en una pesadilla.

Parpadeo repetidas veces hasta que la luz que entra por mi ventana es capaz de iluminar mi habitación en las sombras.

Entonces, lo siento.

Una mano suave me acaricia el cabello, pero no puedo ver nada. Cierro mis ojos con fuerza, siendo consciente esta vez de las sensaciones abrumadoras. Tengo miedo, pero quiero estar aquí. Quiero seguir sientiéndome así de bien. Tengo miedo, pero no quiero alejarme.

—Beomgyu.

La voz de Yeonjun de nuevo. Mi piel salta con la simple mención de mi nombre. Un beso cae tras mi oreja en una inconfundible sensación, quiero gemir, pero no soy capaz. Siento tanto placer que se mezcla con el miedo. Me siento confundido pero extasiado de un sueño del que no quiero salir.

Abro los ojos. Pero no veo nada. Siento la respiración pesada tras mi espalda. No sé si es mi propia respiración, o la confusión del sueño me está provocando alucinaciones.

Las manos me siguen recorriendo pero cuando miro no hay nada. Y soy consciente de nuevo en el siguiente parpadeo. Es de noche aún. Y estoy seguro de que he despertado una vez más de otro sueño húmedo que involucra a Yeonjun.

Debería sentirme aterrado por lo real que se ha sentido, pero más allá de ello, me encierro en el placer, y sujeto mi miembro con mi mano. Me corro solo con unas cuantas sacudidas. Me permito gemir alto, pensando en Yeonjun y solo en Yeonjun. Deseándolo de todas las formas posibles en las que no lo podría jamás conseguir.

Porque Yeonjun no vendría en medio de la noche a joderme como un demonio lo haría. Pero mi sueño era tan real que me permitía fantasear con ello.

—Sueña.

Y eso es justo lo que hago después de jadear por última vez.