Las palabras de Yeonjun aún estaban dando vueltas por mi mente. Nuestro último encuentro hace unas horas había sido extraño. Extraño en una manera que me parecía irracional. Seguía sin comprender sus palabras, ni mucho menos saber por qué no me encontraba asustado.
De niño, solía tenerle miedo a los fantasmas, al monstruo bajo mi cama. Y hablando de los demonios, jamás me detuve a analizarlos demasiado. Siendo que había crecido y olvidado de todos ellos con la rapidez que conllevaba madurar.
Ahora, me lo estaba replanteando. ¿Sería mi falta de sensibilización a lo paranormal el por qué no me encontrara asustado?
Al final, pensé en las palabras de Yeonjun como una buena broma, aunque Yeonjun no se rió cuando lo dijo. Me había mirado seriamente y se había ido. Inútilmente, me quedé esperando a que regresara y me dijera que me veía como un idiota por sobrepensar sus palabras. Y seguía siendo un idiota, porque seguía pensando en ello. Taladrando mi mente una y otra vez. Estaba buscando aquello implícito en sus palabras. Y el por qué había asociado los demonios con mi virginidad.
Un escalofrío me recorrió. La ventana de mi habitación estaba abierta, el frío colándose a través de las cortinas que se movían gracias al viento del atardecer. Finalmente, me rendí en mis pensamientos, pues no tenía sentido pensar en algo que no sucedería.
Ningún demonio vendría a follarme esta noche. Ni siquiera Yeonjun.
Quizás ahí radicaba el por qué me sentía tan emocionado. Cuando Yeonjun dijo que era follable para algún demonio, pensé en él. Lo único que deseaba era no parecer ansioso por él cuando Yeonjun lo dijo.
Porque estaba demasiado ansioso por él. Y me avergonzaba de aquello. Aunque era inevitable, ver a Yeonjun todos los días, permanecer con él en las mismas clases, y nuestra extraña cercanía habían provocado confusiones en mí que terminé resolviendo antes de arruinar nuestra amistad. Y no tenía caso mentir. Me gustaba Yeonjun. Me rendí con ello tan pronto me di cuenta. Yeonjun era deseado en la universidad, a pesar de que nunca lo había visto salir con alguien. Tampoco me había contado de sus experiencias sexuales, por lo que realmente pensé que no tenía oportunidad.
Porque Yeonjun era Yeonjun. Y yo era solo yo, Beomgyu.
El frío se coló en toda mi habitación, por lo que me acerqué a la ventana. El cielo carmesí se alzaba, anochecería pronto y yo perdería otro viernes en mi habitación solo. Cerré la ventana, antes de acabar por congelarme.
Recorrí con una mirada mi habitación, suspiré. No tenía nada para hacer. Y seguir pensando en Yeonjun sólo me desanimaba. Me recosté en mi cama, y como un toque de seda, caí dormido.
Sin ninguna pizca de sueño, soñé con manos tocándome, con susurros, una fiebre alta recorriéndome. Me senté abruptamente en mi cama. Estaba totalmente sudado. La humedad bajo la tela de mi cama, a través de mis manos. Toqué mi frente, llena de sudor. Una inexplicable fiebre, y un calor increíblemente alto a pesar de la baja temperatura de la habitación.
Seguí palpando mi rostro, mi respiración agitada mientras seguía buscando en mi cuerpo algo que no sabía lo que era. Mirando un punto muerto en la oscuridad de la habitación. La única luz que me permitía ver era la que atrevesaba la ventana. La observé durante unos segundos. Confundido.
—Sueña—.
El susurro me pone los pelos de punta. Siento mi corazón cerca a la garganta, a punto de salirse. Tardo unos segundos en tranquilizarme antes de pensar correctamente. Me siento más confundido y asustado cuando logro conectar mis neuronas.
La voz de Yeonjun.
La podía distinguir. Pensé que estaba alucinando, probablemente, había enfermado mientras dormía. La fiebre, el sudor y la respiración agitada. Estoy viviendo una falsedad. Nada de esto está sucediendo. Un simple sueño.
—Buenas noches—.
Escucho de nuevo, y ahora mi realidad empieza a dudar. Como un juego de acertijos, debo saber si esto es real o no. Me encuentro sorprendido cuando no puedo hablar. Mi garganta se cierra. Y el grito que exhalo no sale de mis cuerdas vocales. Intento gritar de nuevo, estoy asustado, ansioso, no puedo moverme, preso de la vigilia por un mal sueño, trastornado en una pesadilla de la cual no puedo salir.
Y cuando vuelvo a abrir los ojos después de un parpadeo. Es de día. Me puedo mover. Puedo hablar.
Solo que sigo bañado en sudor.
Y mi ventana está abierta.
ESTÁS LEYENDO
devil by the window ○ yeongyu
FanfictionBeomgyu no ha tenido su primera vez. Y eso es jodidamente vergonzoso para alguien que está en la universidad. Ha decidido tomar cartas en el asunto, pero, ¿habrá tomado las cartas correctas? Como un juego de poker, pero acabaste invocando un demonio...
