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Los días pasaron, usualmente Himawari; la pequeña hija del Hokage; me acompañaba por la aldea, mi semblante serio no era un impedimento para que ella intentará sacarme una sonrisa, en cambio el hijo mayor del Hokage...si era una molestia.

Me hacía sentir como una molestia para él, sus padres lo obligaron a que me ayude a lo que necesitara, pero sus orbes azules se iluminaban cuando nos topábamos con una peli morada, una tímida chica.

— ¿Así qué la quieres verdad? — interrogué caminando a lado del rubio.

— No sé de que hablas. — me miró de soslayo.

— El hijo del Hokage...es un tonto con las mujeres ¿Quién lo diría? — solté una pequeña risita.

— ¡Eh! — exclamó — No me digas así, yo no soy ningún tonto, solo le doy su espacio.

— Es que ella no quiere espacio, tonto, ¿No te das cuenta que "casualmente" siempre te encuentras con ella en la misma esquina cerca de tu casa? — me llevé mi mano a la cara y negué con mi cabeza.

Su rostro se sonrojo y volteó su cara, sonreí ante mi victoria.

— ¿Entonces que propones que haga, 'ttebasa?

— No te lo diré. — respondí cortante y me encamine a la casa Uzumaki.

En eso sentí un agarre en mi brazo, sujetando para que no camine más.

— Sarada...— era la primera vez que me nombraba — por favor.

Sonreí ladinamente, el hijo del Hokage estaba suplicándome porque era un tonto con la chica que le gusta, aunque yo tampoco era experta en aquel tema, sin duda soy más inteligente que él.

— Esta bien, — fingí molestia — pero a cambio quiero algo.

— ¡Ya sabía, 'ttebasa! Los Uchihas son así de interesados — exclamó — ¿Qué quieres? — suspiró al ver que era su única opción.

— Pues...

...

Y ahí estaba, en la oficina de mi padre, haciendo caso a la intrusa, a aquella peli negra, de alguna forma u otra su presencia no me cae bien...y era raro, siempre casi toda la gente que conocía nunca tuve una reacción como la tuve con ella.

Sasuke, ¿Qué te parece salir con los demás? . — escuché la voz de mi padre detrás de la pared.

Había olvidado lo inmaduro que eres, dobe — escuche una risa seguido de esa oración— Pero debo hablarte de algo importante...verás vinimos aquí por que Sarada...verás

Se detuvo y sentí un escalofrío en mi cuerpo, ¿Será qué habrán descubierto que estoy escuchando atrás de la ventana? Era un fastidió simplemente un fastidio, pero lo hago por Sumire.

Así que de un salto me escondí esta vez en el techo, aunque no podía escuchar nada desde ahí, tendría que bajar y pegar mi oído atrás de la puerta de la oficina de mi padre y me dispuse hacer eso con la mayor cautela posible, esta vez hablaban más bajo y aparte me había perdido una parte del diálogo.

Entiendo, su hija esta en grave peligro si es así, tranquilo Sasuke, mandaré a unos jounis especializados para que averigüen mejor — mi padre habló, seguido de eso escuché pasos venir hacía mí y me escabullí logrando salir de aquel edificio.

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