LILING, LILIN, LIN (3/3 V.F)

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En el tercer anillo.

Kai llegó al templo principal solicitando una conferencia de emergencia con el rey.
En su lugar fue recibido por Liling, quien le agradeció la advertencia y se retiró.

"Empiecen moviendo el segundo anillo." Ordenó Linling usando un Den Den Mushi. "Su señoría, la caja que nos pidió transportar ya se encuentra en el palacio del segundo anillo" dijo la persona detrás de la llamada.

"Perfecto, ya voy en camino" Respondió Liling, cortando la llamada.

Liling se dirigió al palacio. Una vez dentro, se aseguró de que nadie la seguía antes de adentrarse en unos pasadizos secretos. Los estrechos corredores serpenteaban hacia las profundidades del palacio. Finalmente, después de varios giros y descensos, llegó a las celdas, donde el aire era denso y húmedo, impregnado del olor a moho.

En una de estas se encuentra Ace. Quien había sido dormido con una sustancia en su comida y transportado en una caja hasta la celda.

"No me vas a dejar ir, ¿verdad?" Ace dijo encadenado con esposas de piedra marina.

"Te ofrecí tu libertad" Dijo Liling sin ninguna emoción en su rostro.

"Me ofreciste mentir" Dijo Ace enojado.

"No mocoso, yo te ofrecí una fortuna cómo ninguna otra. El amor de toda una sociedad." Dijo Liling.

"No lo necesito, ya tengo gente que me ama" Dijo Ace pensando en su familia.

"Aunque admitiré que sí considere aceptar tu oferta" Confesó Ace.

Durante su estancia en los anillos dejo de ser el hijo de Roger. Un niño demonio. La gente lo veía como el hijo de Palila. Cómo un niño milagro, no una maldición.

Pero todo eso no debía ser para siempre, él tenía una vida con los Barbablanca. Tenía hermanos, una madre y un padre que lo amaban sin importar sus orígenes.

"Tu libertad seguirá en duda. Por ahora, eres importante. Hasta que mi sueño se cumpla..." dijo Liling con determinación.

"¿Tu sueño?" preguntó Ace, curioso.

"Desde la invasión, mi gente ha sido consumida por el miedo. Yo misma llegué a pensar que lo mejor era mantener los anillos separados, encontrándonos solo en ciertos momentos para luego seguir nuestros propios caminos y evitar ser encontrados," admitió Liling, con un suspiro. "Pero contigo aquí, las cosas han cambiado. Desde tu llegada, la confianza ha vuelto a ellos. Si te quedas, podríamos mantener los anillos unidos. Con la gente con los espíritus elevados, seremos imparables y finalmente volveremos a ser la gran civilización que solíamos ser."

"¿Y cómo piensas lograr eso conmigo en esta celda?" preguntó Ace con arrogancia, levantando una ceja.

"La gente no necesita verte ni escucharte. Soy tu consejera, me creerán si hablo por ti. Para mí, no eres más que un peón. La gente hará lo que su campeón les pida," declaró Liling con frialdad. "Aunque admito que tendré que sacarte al menos para que te vean de vez en cuando. Cómo lo haré aún lo estoy pensando, pero ten por seguro que encontraré la forma de que me seas útil," finalizó Liling, retirándose del calabozo con paso firme.

Ace la observó mientras se iba, dándose cuenta de la firmeza y ambición en sus palabras. Sabía que Liling no se detendría hasta lograr su objetivo.

Pasaron los minutos desde que ella se había retirado, cuando escucho un gran estruendo acompañado de pisadas aceleradas.

"¿Kai?" Dijo Ace al ver a Kai, el comandante de los guerreros de la frontera, frente a su celda.

Polluelos / ASL ONE PIECE FANFICOù les histoires vivent. Découvrez maintenant