11.

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-Peque responde sus preguntas, solo seran un par de minutos y podrás estar tranquilito en la cama-dijo el chico acariciando mi mejilla.

-Solo dos preguntas-le respondí con un pequeño puchero.

-Solo dos, te lo prometo-me respondió mientras me apartaba unos pequeños mechones de pelo que tenia en la frente.

Nos quedamos el policía y yo en esa habitación, él cual se situó en la silla del lado de mi cama en la que hacía un par de minutos se encontraba ese chico, se relamió los labios para seguidamente dirigir la mirada a mi, su mirada me hacía sentir pequeño haciendo que me encogiera entre la fina sabana.

-Nico, verdad?-pregunto suavemente, asentí- te acuerdas como has llegado hasta aqui?- negé dudoso, realmente no me acordaba pero podía imaginarme que había pasado- tienes que hablarme sino no puedo ayudarte, tus padres te han echo daño físicamente?-preguntó sin rodeos.

No sabía que responder, sabía que se referia a esos chicos. No quería que tubieran que afrontar actos que ellos nunca hicieron pero por otra parte quería justicía contra mi madre.

-No-trage un buen sorbo de saliva la cual havia estado acumulando sin darme cuenta- ellos realmente no son mis padres, mi padre murió en manos de mi madre, pero no quiero que les pase nada a ellos, fueron muy buenos conmigo por una vez en mucho tiempo me sentí querido, lo único que pido es que se haga justícia en contra de mi madre ella mató a papá sin corazón y me pegaba y dejaba sin comer por días incluso por semanas-le conté mientras pequeñas lágrimas se volvían a acumular en mis ojos.

(...)

Llevaban ya 10 minutos hablando, se ve que al final esas dos preguntas se fueron alargando, solo quería tener a ese pequeño en mis brazos. Me había robado por completo el corazón y por lo que se ve el de mi marido también, desde que salimos de la habitación solo hacía que hacerme preguntas sobre el pequeño.

-Llevaban ya mucho rato, no?- dijo mi maridito Abel- y si le ha pasado algo-comentó precupado.

-Abeñ estate tranquilo, si le hubiera pasado algo nos hubieran avisado-le comenté intentando mantener la calma- y tu eras el que me reprochaba estar aquí en vez de con mi padre?-le pregunté riendo.

-Si, pero lo dije antes de haberlo visto. Es tan chiquito y frágil que dan ganas de apachucharlo y llenarle de mimos-respondió con una gran sonrisa en su rostro.

-Cuando me contó su historia,me tuve que contener de arrullarlo en mis brazos-le comenté.

-Se ve que hacisteis migas allí dentro, como te miró cuando le dijiste que respondiera dos preguntas, era una mirada magica-me comento Abel para seguidamente dejar un pequeño beso en mis labios.

La verdad es que a mi tambien me lleno el corazón ver ese pequeño puchero que me hizo, me revolvió por completo este pequeño niño.

El móvil me empezó a vibrar, era mi hermana, lo cogí preocupado por si le había pasado algo a mi padre.

-¿Si?-respondí

-Hermanito tienes que venir, és papa-dijo al borde del llanto.

Cuando dijo eso mi cabeza dio mil vueltas,haciendo que me tambaleara en mi sitio.

-Amor estas bien?-me pregunto Abel mientras me cogía por la cintura.

-No mucho, tengo que irme mi papa por lo visto empeoro-le comenté,intentando contener las lágrimas.

-Ve tranquilo, yo me quedaré aquí para cualquier cosa te aviso. Ya verás que todo irá bien y solo ha sido un susto-dijo intentando calmarme.

Asi que eso hize, salí disparado hacía la habitación de mi padre dejando a Abel con el pequeño que nos robo los corazones.

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Pido perdón por la tardanza pero estaba llena de exámenes y proyectos, espero que les haya gustado el capítulo si es así hágamelo saber dejando su ☆.

Y también quería pedirles perdón por hacer los capítulos tan cortos pero quiero dejarle con un poco de suspense jeje, aunque intentaré hacerlos más largos.



☆NICO☆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora