02⸻ maradona

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CAPITULO 02 : maradona
nadie se daba cuenta

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⠀⠀⠀⠀CIRO GOYENECHE RECORDABA LA PRIMERA VEZ QUE HABÍA SUFRIDO UNA SOBREDOSIS. O al menos eso decía. Lo cierto es que no recordaba nada, y que solamente tenía un par de recuerdos implantados, porque era realmente imposible acordarse algo de aquella noche.

Había sido en una fiesta, igual que muchas otras ocasiones. El cumpleaños de uno de sus amigos. Donde los nacidos en el noventa y nueve, como él, cumplían ya sus veintiún años de edad. No le gustaba llamarla sobredosis, porque simplemente había consumido alcohol de más. Le gustaba más llamarlo coma etílico. Sonaba menos... preocupante. Sonaba como algo que a cualquier argentino le podía pasar. La cultura del país se basaba en ser un borracho de mierda, el fernet es como el pan de cada día, y los comas etílicos eran más usuales de lo que creían. Es por eso que prefería decir coma etílico antes que sobredosis. Porque la sobredosis es siempre relacionada a la droga, y ser un drogadicto ya es otra cosa. Es algo mucho peor.

Ser drogadicto es... alejar a todos de tu vida. Ser un problema más. Es ser señalado y juzgado por la sociedad. Un estorbo. Cuando en realidad, simplemente estás enfermo. Ser drogadicto es volverse dependiente total de esas sustancias. Ser drogadicto es evitar los problemas. Es volverse más agresivo, y que todo te chupe un huevo. Ser drogadicto es dejar cualquier sueño atrás. Y Ciro no quería ser un estúpido que hiciera todo eso. Es por eso que no se hacía llamar drogadicto, ni llamaba sobredosis a todas esas secuencias. Porque llevar esa etiqueta era admitir que había cambiado toda su personalidad. Porque al no llamarse drogadicto, podía evitar la realidad. Y eso es justo lo que un adicto haría.

Sin embargo, al tercer lavado gástrico ya era algo más difícil de negar.

Dios lo debería querer demasiado, pues todas las veces que le ocurría, siempre tenía alguien a su lado que a emergencias pudiera llamar. De haber sido por él, habría muerto ya hace muchos meses atrás. Y por muy tentadora que le pareciera la idea, simplemente había algo que lo ataba a la vida. Que lo retenía, y le prohibía dar un paso más. No sabía de qué se trataba. Si era la culpabilidad, o la creencia de que merecía vivir la vida más dolorosa y tortuosa posible debido a sus actos. O tal vez la esperanza de encontrar algo nuevo en lo que soñar y aspirar a alcanzar. No lo sabía, pero siempre allí estaba, viendo un día más.

Y no había nada más agotador que eso: la vida. La vida, y la odiosa rutina. Despertar, desayunar, entrenar, cenar, y volverse a dormir para el día siguiente repetir todo tal cual. Los fines de semana era la cosa que más apreciaba, porque era cuando más se podía relajar, disfrutando de una buena pastilla debajo de su lengua, o una línea de merca sobre la mesa a punto de esnifar.

Él siempre se preguntaba como Maradona había pasado tantos meses sin jugar, en las repetidas veces que su prueba de drogas dieron positivas. Será que el club local en el que jugaba Ciro le volvía mucho más fácil burlar los testeos, o que a Boca mucho no le importaba el tema de las drogas siempre y cuando pudiera jugara y no consumiera antes de un partido. No tenía idea, pero siempre se burlaba de la pelusa en su interior, creyéndose el tipo más vivo de todos. Porque Ciro se drogaba, y nadie se daba cuenta. Si, Ciro se drogaba y definitivamente nadie se daba cuenta.

¿Nadie se daba cuenta?

Porque Julián lo sabía. Julián si se había dado cuenta. Y sus amigos igual, quienes lo acompañaban a cada fiesta a la que iba. Ni hablar de la vecina de su departamento, que siempre lo veía llegar en las mañanas, totalmente demacrado. También lo sabían todos los médicos del hospital que lo habían tratado, y todos aquellos dealers que le conseguían la falopa. También lo sabía Jorge Rial, quién innumerables veces había hablado de él en Intrusos, y el Pollo Vignolo, quién no dejaba de hablar mal de él como jugador de la selección nacional. Entonces, ¿desde cuándo el "nadie lo sabía" se había convertido en "todos lo saben, pero ninguno hace nada"?

No lo sabía, pero su tiempo de victoria no había durado demasiado, porque ocho meses después, su última sobredosis había sido la gota que colmó el vaso. El golpe final. El cierre de telón a toda su carrera futbolística, y posiblemente el colapso de toda su vida. Las bromas internas a Maradona acabaron rápidamente en el momento que fue obligado a dejar de jugar, siendo sometido a rehabilitación y acompañamiento terapéutico que él no estaba de acuerdo en tomar.

Ciro no necesitaba ayuda, él estaba más que bien.

¿Verdad?

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🇦🇷 𝐖𝐇𝐘'𝐃 𝐘𝐎𝐔 𝐎𝐍𝐋𝐘  . . . ?  julián álvarezजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें