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—¡Funcionó, viniste a mi cumpleaños! -Es lo que la pequeña Heejin exclama al llegar al campo de fútbol aquella tarde, abrazando con fuerza las piernas de su entrenador- Papá está más contento ahora.    

—Y yo también -Soobin dice acariciando su mejilla con dulzura- ¿Te gustó tu regalo?    

—¡Me encantó!    

El regalo de Soobin se había basado en una pelota de fútbol y un pijama de pequeños patos, ya que Heejin le mencionó una vez que eran su animal favorito. Y se puede decir que la pequeña lo llevó puesto el resto del cumpleaños.    

—Luego me cuentas ¿Vale? Ahora vamos a calentar. -Heejin asiente emocionada, dejando su mochila en el suelo y corriendo hasta el grupo de niños-    

Mientras estos empiezan a calentar, Soobin solo puede pensar en el fin de semana, en cómo Hueningkai había sonreído tímidamente cada vez que se miraban, en cómo Kai era un padre increíble y en cómo sus ojos brillaban al mirar a su hija. Siendo totalmente honesto, a Soobin nunca se le había pasado por la cabeza estar con alguien que tuviera un hijo, pero por alguna razón, con Kai se sentía bien, diferente. Le encantaba la idea de que con Kai también viniera Heejin, le encantaba la idea de tenerlos a los dos.    

Se muerde el labio mientras los niños terminan de calentar, intentando apartar sus pensamientos y centrarse en el entrenamiento del día.    

Y aunque no podía esperar a ver a Kai aparecer con su cabello recogido y su sonrisa nerviosa, y después de tantos días, volver a tener ese pequeño tiempo para ellos, para hablar en mitad del campo de fútbol mientras el sol se pone, se dice a sí mismo que tan solo tenía que esperar un poco más.

» ☁️ «    

Hueningkai había estado tan sumergido en su trabajo aquella tarde, que no se dio cuenta de la hora que era. Y cuando finalmente sale de casa, ya va diez minutos tarde.    

Por suerte solo le toma diez minutos más llegar hasta allí, y cuando lo hace, siente que finalmente puede respirar.    

—¡Papi! -Heejin grita mientras corre hasta él con la mayor sonrisa en su rostro- Estás lleno de harina, papi.    

Puede escuchar la risa de Soobin ante las palabras de su hija, y siente un calor agradable en su pecho. Había salido tan rápido de casa que ni siquiera se detuvo a verse en el espejo.    

Seguramente estaba hecho un desastre, y un poco de vergüenza recorre su cuerpo.    

—Siento llegar tarde -Es todo lo que dice, dirigiendo su mirada al castaño-                                                           

Heejin toma la mano de su padre y sonríe, mirando a los dos adultos con curiosidad.    

—No importa, Kai -Soobin le dice con aquella sonrisa en sus labios que hace que todo se sienta bien, como si llegar veinte minutos tarde no fuera nada- ¿Mucho trabajo?    

Kai aprieta los labios y asiente, acariciando con algo de nerviosismo la pequeña mano de su hija.    

—Tengo que hacer doscientos cupcakes para mañana, y no llevo ni la mitad -Suspira- Seguramente me pasaré la noche entera preparándolos.    

—Suena estresante -Es todo lo que Soobin dice, cruzándose de brazos-    

—Lo es.    

Caen en silencio en el que Hueningkai se permite por primera vez desde que ha llegado analizar a Soobin. Viste sus pantalones deportivos y una camiseta de manga corta de Adidas, mientras que un silbato amarillo cuelga de su cuello y una bolsa repleta de pelotas de fútbol se encuentra a su lado.    

¡Entrenador Bin! ⵢ sookaiWhere stories live. Discover now