⠀⠀⠀⠀〄〄〄 | CHAPTER ONE

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Richard Grayson era tan hermoso como decía todo el mundo, quizá todavía más.

Jason Todd ajustó el objetivo de su cámara para enfocar la cara de Richard. Su ceño estaba fruncido por la preocupación mientras miraba con cautela hacia su izquierda y luego a la derecha. Seguro de que contaba con intimidad, con lentitud dejó deslizar el gran abrigo que traía puesto a lo largo de su cuerpo.

Debajo, Dick se encontraba desnudo.

El aliento de Jason quedó preso en su garganta, estuvo a punto de dejar caer la cámara. Eso fue suficiente para hacerle recordar por qué estaba allí. Con rapidez tomó una serie de fotografías cuando se metía con calma al agua burbujeante del jacuzzi, que se encontraba en el exterior.

Cerró los ojos y una lenta sonrisa alteró las facciones de Dick mientras el calor parecía hacer efecto. Jason accionaba la cámara con rapidez, sintiéndose un mirón, pero ése era su trabajo: sorprender a la gente en su estado natural, y Richard Grayson era noticia. Sin embargo, algo dentro de él se retorcía de disgusto, sin importar cuánto dinero hubiera de por medio, sin importar lo desesperadamente que lo necesitase.

Dick se movió en el agua. Su pecho surgió a la vista, con sus pezones erectos. El cuerpo de Jason respondió a Dick como una cerilla a una llama. Sentía una inesperada tensión en sus pantalones y cambió de posición para aliviar la presión. ¡Era ridículo! Él había visto miles de personas desnudas en su trabajo y siempre las había contemplado de forma objetiva. ¿Por qué este era diferente?

Se planteó el hecho de que él había estado fuera del país la mayor parte de los últimos años, y quizá a eso se debiera su súbita reacción. Las relaciones duraderas eran difíciles de conservar en los oscuros países del Tercer Mundo y a él nunca le habían gustado las relaciones de una noche. Soltó un gruñido de disgusto y, como precaución, consiguió unas cuantas tomas más.

Dick estaba de pie en el agua, en una completa vista frontal que desvaneció todos sus razonamientos.

La visión de Grayson de pie como un completo dios a la mitad de un antiguo pozo de sacrificio, hizo que sus sienes palpitaran. Eso, y la prueba de que ese cabello salvaje era absoluta, positiva e innegablemente una vista para disfrutar.

Dos tomas más fue todo lo que tuvo tiempo de hacer antes de que se envolviera en el abrigo y se calzara unas botas que hacían juego. En un instante había desaparecido a través de la puerta de su habitación que sobresalía en la ladera de la montaña, detrás de un lujoso centro recreativo para aficionados al esquí.

Jason retiró la cámara de su rostro. Estaba bañado en sudor a pesar del fresco viento que hacía. Afortunadamente ese día había hecho unas buenas tomas. A juzgar por su reacción hacia Richard, era mejor que se pusiera en camino antes de que tuvieran la oportunidad de verse frente a frente. Ese tipo de complicaciones era algo que definitivamente no necesitaba en su vida en ese preciso momento.

Llamaría a Jenny y le diría lo que tenía; eso debía de ser suficiente. Las fotografías del desnudo venderían millones de periodicuchos. Podía imaginar la luminosa sonrisa de Jenny y se estremeció. Esa era la mentalidad de los periódicos nacionales y dejaría que le pagaran su dinero para que él pudiera salir como un demonio de allí y dejar de tentar al destino.

En primer lugar, el destino era su razón para estar allí. Su próximo trabajo tendría lugar en África y para contrarrestar el insoportable calor que estaba próximo a soportar, Jason había planeado descansar en un lugar barato para esquiar, pero en el momento en que entró en la camioneta para dirigirse al aeropuerto, afloró su instinto de periodista.

Dick estaba sentado solo en la parte trasera de la camioneta. Jason se había fijado en él desde un principio. Aunque iba completamente cubierto, con un gorro, guantes, bufanda y gafas de sol, tenía la palabra «clase» escrita sobre él. Jason lo ignoró durante la mayor parte del trayecto, especulando sobre quién sería o por qué parecía esconderse. Entonces, la mano del destino surgió y lo tocó en la forma de un niño de dos años que no podía mantenerse sentado. El niño se había soltado de su madre para agarrar el gorro que lucía el elegante joven.

NATURAL ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora