ᵕ̈ ೫˚𝕆𝕆𝟜 ᵕ̈ ೫˚

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Luego de esto, se ubicó a un lado del pelinegro, al izquierdo, donde terminaban la taquilla. Prefería aquel lugar antes que el que daba con el resto del pasillo, sabía que recibirá algún que otro comentario y prefería "resguardarse" tras el intimidante alfa.

Por instinto, Namjoon puso su mano en la espalda baja de Yoongi, sin dobles intenciones. Sus ojos desafiaban a cada asqueroso y sucio alfa que ponía los ojos sobre su omega. Estaba seguro de que Yoongi todos los días recibía algún que otro comentario morboso, y eso en cierto modo le enojaba. El pelirosa observó cómo la mandíbula del alto se tensaba, de vez en cuando. 

Unas fuertes ganas de pasar su lengua por el lugar le invadieron, pero apartó rápidamente los pensamientos cuando ambos llegaron al comedor. Sus mejillas seguían sonrojadas, de un color rosa durazno. Era poco probable que llegarán a desaparecer con el chico a su lado, tomándole y casi abrazándole de forma protectora.

El lobo de Yoongi se sentía bien, se sentía protegido y a la vez querido. La sensación cálida y cosquilleante en su pecho y abdomen le hizo sonreír y bajar la mirada. Era demasiado lindo encontrar por fin alguien que le hiciera sentir todas esas cosas. Alguien que le pondría a sudar con sólo una mirada, alguien quién cuyo aroma le hiciera sonrojar de forma casi instantánea, alguien cuyas manos se sintieran tan bien sobre su cuerpo, alguien que fuera como Namjoon.

— Yoonie —le llamó por tercera vez, recibiendo ahora la atención de un distraído omega— ¿Qué es lo que vas a pedir?

— Uhm... quiero pescado con ensalada y un jugo... de piña —murmuró un tanto atónito por el sobrenombre.

El más alto sólo asintió y pidió lo de ambos, siendo lo de él un gran trozo de carne de vacuno casi crudo, acompañado de patatas y un refresco. Luego de recibir sus almuerzos, ambos fueron a la misma mesa en la que habían estado la primera vez. Yoongi mordió su labio cuando recordó a Namjoon con esa camiseta que dejaba un poquitito más para ver. Se sentaron uno al lado del otro, dándole la espalda a la mayoría de mesas.

Ambos sabían que tenían la mirada de casi todo el comedor sobre ellos. 

Primero porque Namjoon nunca fue de estar con un omega, más que sus amigos como Hoseok o Mina la chica a la que ayudaba. 

Segundo porque Yoongi era tan malditamente hermoso. Cada pequeño espacio de su rostro, cada rincón de su cuerpo parecía esculpido por los mismísimos dioses. Su aroma era encantador, al igual que su voz. El omega era la ternura y sensualidad en persona. 

Y tercero, porque Namjoon nunca fue tan protector con alguien. Nunca al grado de sentarse tan cerca, de hacer que los alfas se alejaran de la mesa. A él nunca le importo, simplemente ignoraba, pero todo era diferente ahora, todo comenzó a ser diferente desde que Yoongi llegó.

Un pequeño mal estar se instaló en el estómago del omega, tanta carne, y cruda le ponía la piel de gallina, además el olor era un poco —por no decir que muy— repugnante.

— Namjoonie... —murmuró un poco bajo el omega, con la mirada fija en como el pelinegro devoraba la carne.

Simplemente río y dejó pasarlo, el mayor parecía un niño pequeño. Con cariño acarició un poco de su oscuro cabello. Obteniendo a cambio que el alfa cerrara hermosamente sus ojos y disfrutara de su tacto.

— Tenías hambre, ¿no? —preguntó esta vez más bajo.

— Ujúm —Namjoon asintió y sonrió al darse cuenta de que a Yoongi no le molestaba el que comiera con las manos, sonrió porque el pelirosa estaba acariciando su cabello, sonrió porque el omega no estaba asqueado, al menos no del todo— ¿Comerás sólo eso?

— Uhm, sí. Quizás no lo coma todo. Comí la colación hace un rato. —el alfa asintió y siguió comiendo, mientras Yoongi corría su cabello de vez en cuando, para que no le estorbara a la hora de comer.

Después de que ambos terminaran sus comidas entre pequeños roces de manos, caricias de cabello, sonrojos y sonrisas de comodidad, Namjoon decidió hablar. Él ya no quería más males entendidos, no con Yoongi, no con su omega.

— Yoongi... Yo de verdad siento el haberte ignorado esos días, es que tuve un inconveniente. —el pelinegro paró por un momento sin saber muy bien como continuar— hay ciertos días del mes, donde doy tutorías. ¿Sabes? No quiero poner excusas, sé que no podría justificar el haberte ignorado. Yo sólo quiero decir... Que de verdad lo siento y no volverá a pasar.

Yoongi mordió su labio, ¿Por qué darle más vueltas al asunto? Después de todo el alfa estaba allí, con él, comiendo a su lado, disculpándose.

— Mira Namjoon, te seré claro. —dijo y se posicionó de lado para poder quedar más de frente a Namjoon— No me gusta que me ignoren, nunca me gustó que me ignoraran. Y sé que quizás tuviste una razón, pero eso no quita el dolor que sentía cada vez que no me saludabas, ni me mirabas... Pero también, se me hace difícil enojarme con alguien, nunca tuve tantos amigos y tú... Tú m-me agradas. —suspiró— Sólo trata de no volver a hacerlo, ¿sí?

Y después de terminar de hablar, Yoongi siguió con su comida, esperando que no le dieran más vueltas al asunto, simplemente prefería olvidarlo. Namjoon sonrió y con cuidado llevó su dedo pulgar al borde del labio inferior de Yoongi.

— Tenias algo. —murmuró mientras hacía como que le limpiaba, mentiroso.

Después de que ambos almorzaron y dejaron el tema de lado, Namjoon al no tener clases se propuso el invitar al omega, pero este le rechazó amablemente diciendo que tenía varias clases después y aquel día no podía. Las clases de Yoongi casi siempre eran después del almuerzo, y las de Namjoon al revés. 

Quizás no coincidían mucho, pero eso no les impidió dejar acordado salir el día jueves en la tarde, al cine.

Ambos esperaban el día con ansias. Namjoon estaba recibiendo todos y cada uno de los consejos de Jungkook, el beta que vivía con él, al parecer, éste sabía más de romance que cualquier otro de sus amigos. Ya tenía todo planeado, ahora sólo quedaba esperar a que la fecha llegase.

Yoongi por su parte, había salido varias veces de compras con Krystal. Está le había dicho que no podía salir con aquel tipo de ropa que había en su armario y luego estaba Yoongi que no entendía qué es lo que estaba tan mal en sus suéteres de animalitos. Si iba a salir con el chico que le gustaba, debía mostrarse tal y como era, con el pelo rizado, ropa de animales animados, pintura en las uñas, etc. Y claro, a Namjoon todo eso era lo que menos le importaba.

— Aún no entiendo qué está tan mal. Es sólo ropa, Krystal. —la chica rodó por enésima vez los ojos.

— Vas a una cita, Yoongi, no a una pijamada. —explicó y el pelirosa sólo siguió tomando su juguito de mora— Está bien si quieres ir por allí con pijama, no te ayudaré más.

— ¡Que no es pijama! —alcanzó a gritar antes de que la puerta se cerrara— va, que mierda.

Simplemente siguió sorbiendo de la pajita, todavía quedaban dos días, ya tendría el tiempo para organizarse luego.

PINK :: NamGi ᵕ̈ ೫˚Where stories live. Discover now