- Gustabo, ven aquí, sientate por favor. —Este se veía genuinamente confundido. Ambos hermanos Gambino se hallaban sentados uno junto al otro, mirandolo espectantes.
Toni lucía una preocupada sonrisa, tamborileando sus dedos sobre la mesa. Carlo, mientras tanto, bufaba molesto con los brazos cruzados.
Gustabo acató.
-¿Esta todo bien? Joder, tengo un poco de miedo ahora.
- Deberias tenerlo, figlio da puta. —Carlo murmura pero solo recibe una patada por debajo de la mesa, Toni intenta cambiar el ambiente.
- Gus. . . Creo que ya es tiempo de que conozcas a mis padres. —El rostro de Gustabo se congeló en completo pavor. Sus padres, los narcotraficantes mas poderosos de toda Italia. ¡Conocerlos!
-¿¡Que!? T-toni, ¡eso es una locura! —El hermano menor que aún seguía frotando su pierna magullada señala a Gustabo con la palma de su mano y mira a Toni con los ojos bien abiertos en señal de "Este gilipollas esta diciendo algo razonable por primera vez"
- Claro que es algo impresionante a la primera pero, yo creo que ya es momento, ¿verdad? —Toni acerca su mano por encima de la mesa aguardando la mano de su pareja.
Carlo esta preparado para abrir la boca, pero se le ve interrumpido por una nueva patada, este gruñe y vuelve a frotarse la pierna.
- No lo se Toni. . . ¿Estas seguro de que le agradare a tus padres? —Gustabo lo mira con algo de fe, pero el italiano no hace mas que dar un siseo y apretar sus labios como respuesta. El español vuelve a perder toda la esperanza.
-¡Tú pruebalo! Tal vez les agradas al final, nunca se sabe. . . —Dice esto ultimo con algo de duda. - De todas formas, si ellos no te aceptan, ¡los mandare a tomar por culo! Nos iremos tú y yo juntos.
—Carlo que ya llevaba unos minutos en el telefono, suelta una risa interrumpida por su propia voluntad.
- Bien, hagámoslo. —Toni aplaude con una sonrisa, su hermano deja su movil en total incredulidad y Gustabo grita interiormente.
(. . . )
- Mirate, eres igual que un angel. . . —Toni deposita un suave pero casto beso en los labios de su novio mientras acaricia suavemente su cabello, acomodandolo con gracia detras de su oreja.
Ambos se voltean al mismo tiempo a la gran puerta que da directamente a su perdición.
Como si de un truco de magia se tratase, las amplias puertas se abren de par en par dejandoles paso.
Toni pasa primero ya familiarizado con el ambiente, detras de el, un aterrorizado Gustabo intenta tomar aire para parecer mas "intimidante"
-¡Il mio piccolo Toni! ¡Ma questo è il mio piccolo Toni! (¡Mi pequeño Toni! ¡Pero si ese es mi pequeño Toni!) —Una mujer de aspecto pulcro y clasico se acerca velozmente hacia el duo, tomando por las mejillas a Toni y dejando un rastro de diminutos besos en sus mejillas y frente.
- Ciao mamma, ¿come sei stata in tutto questo tempo?. . . ¿E il capo? (Hola mamá, ¿como estuviste todo este tiempo?. . . ¿Y el jefe?) —La mujer sonrie ante la primera pregunta pero se ve interrumpida por la segunda, como respuesta, voltea los ojos y señala con un movimiento rapido el comedor. Antes de volver a hablar, mira rápida al muchacho que se esconde detras de su hijo. La mujer italiana solo sonríe con entusiasmo y se dirige a la otra habitación esperando que los dos jovenes la sigan.
En esa habitación esta un hombre alto y algo metido en sus propios asuntos, leyendo el periodico con una expresión molesta. Es en ese entonces donde Gustabo se siente realmente nervioso, a diferencia de la señora, el padre de Toni parecía realmente un tirano.
Este se acerca a el y en una pequeña reverencia se inclina a su lado, saludando a su padre con un "buenas tardes, padre"
La mujer, compasiva por aquellos dos, les indica una silla comoda en la que sentarse. Extiende unas tazas de te y un pequeño plato de porcelana china con varias galletas dulces.
Ya los cuatro sentados y en silencio, Toni toma la palabra.
- Madre, padre. Creo que es momento de que les presente a mi pareja. —Todos se quedan en silencio y Gustabo es el centro de atención.
- Buenas tardes, mi nombre es Gustabo García. Es un placer por fin conocerles. —Toni palmea su mano en señal de apoyo. Madre y padre se miran entre sí con curiosidad y algo de crítica.
El infierno comienza.
(. . .)
La reunión por fin ha terminado, el padre de Toni no intercambió casi ninguna palabra mas que alguna pregunta respecto a su vida privada y negocios. Estos parecieron alarmarse bastante al enterarse sobre su profesión, pero nada que el buen pico de oro no pueda arreglar.
La madre se levanta junto a ellos para despedirse en la puerta, cuando esta y Gustabo se alejan de la habitación, Toni es llamado por una voz grave a su espalda.
- Toni, vieni qui, devo dirti una cosa ragazzo. (Toni, ven aquí, debo decirte una cosa muchacho.) —Se acerca a su progenitor y se inclina levemente para oirlo fuerte y claro.
- Trae mas seguido a ese chiquillo, podria enseñarle algo acerca de negocios.
Bien hecho, hijo. —Dicho eso, palmea su espalda.
- Grazie mille padre. (Muchas gracias padre)
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