Felicidad antes de la tormenta

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Megumi abría los ojos con delicadeza
-que haces despierto?-
Sukuna llevaba mirándolo desde que terminaron de hacerlo

-ya tienes que llevarme de vuelta-

-megumi- replicó Sukuna

-si dime?-

-que piensas acerca de lo nuestro? Que piensas hacer con tu vida? Tus decisiones a futuro han cambiado por esto?-

Megumi se puso rojo -mmmm- musitó nervioso

-Meg acabamos de sorber nuestros fluidos y te pones nervioso por una pregunta? Jaja demasiado lindo-
Río Sukuna

-en realidad, es una pregunta difícil, hace unos meses quería suicidarme cada día- dijo megumi

-tengo que decirte algo realmente pertubador para mi, lo dire una única vez así que pon mucha atención, lo que diga en este momento guárdalo dentro de ti, porque no cambiará-
Tomó las mejillas del chico y lo miro a lo ojos

Megumi sujeto una de sus manos  -claro, dime-

-Aun siento placer al matar humanos, soy una maldición, y tú has pasado por tantas cosas, Mierda... soy un anciano y estoy enamorado de un chiquillo, megui maldición
Yo haré lo que sea por ti, entiendes? Mataría a quien sea por ti, haría cualquier cosa por ti, no te pido que hagas cosas por mi, Meg, te necesito mi lado de ahora en adelante, quiero pedirte algo que te mantendría a salvo de esta vida de mierda que no te mereces, si lo que quieres es acabar con el mal... estoy dispuesto a ser erradicado y entregarme a los hechiceros, pero no mereces esta vida de mierda, no tienes que luchar por este mundo que no te merece, yo....vámonos lejos, vámonos a America. No te faltara nada, nada volverá a perturbarte yo te haré feliz el resto de tu vida-
Sukuna, el rey de las maldiciones, temblaba mientras le decía esas cosas a megumi

-Ryomen....- los ojos de megumi estaban casi a punto de llorar

-no tienes que darme una respuesta ahora, piénsalo, solo que tú sabes... carezco de paciencia así que no te tardes mucho-
Río Sukuna para tratar de disimular que lo que acababa de decir le había hecho sentir nauseas de los nervios

Megumi le plantó un beso tierno para parar su Risa

-tu... serás eternamente joven- replico megumi al separarse del beso

-Megumi, en verdad no te imaginas cuanto años tengo? Soy un cadaver jaja, te dije que las cosas no funcionan igual para las maldiciones, no te preocupes por eso ahora-  sonrío Sukuna

-que tal si te duermes? Cuando habrán los centros comerciales te llevaré a uno a comprarte algunas cosas, se de muy buena fuente que viven como desamparados en esa escuela tuya-  dijo sukuna

-no necesito nada en realidad- dijo megumi un poco apenado porque recordó que era verdad, la crema corporal no le gustaba y el jabón del baño tampoco

-Vamos Meg, te gusta mucho esta cama no? La tuya supuestamente se estropeó, compremos una igual para ti, te daría esta pero es la cosa de más valor en esta casa porque en esta cama profane tu cuerpo por primera vez- dijo orgulloso

-no necesito tantas cosas- dijo megumi

Sukuna lo miro con cara de cringe

-pastelito ahora eres el novio de el ser más fuerte y poderoso de esta tierra, mereces las lágrimas de la Virgen-
Dijo Ryomen orgulloso y con el ego hasta las nubes

Al dar la hora se levantaron

Sukuna atendió algunas llamadas y dio algunas órdenes

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