2O ! me duele, pero todos sabemos que es lo mejor

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Han.

Tal vez era estúpido pensar en él sabiendo que no era el momento, pero no podía dejar de pasar de largo ello aún cuando ya había pasado un mes de que no lo veía, y si era sincero, lo extrañaba, pero estaba haciendo lo mejor para ambos. Yo no gustaba de él y él tenía dejar de gustar de mí.

No quería darle falsas ilusiones y que saliera más lastimado, no había querido hacerle daño, pero incluso eso había sido imposible porque no me había dado cuenta de lo mal amigo que era, siempre pensando en mí, aún sabiendo que él no estaba bien. Creí que con el tiempo él solo hablaría y me diría lo mal que la pasaba, no que se hundiría creyendo que no me importaba, cuando me importa mas de lo que cree.

Me gustaría estar enamorado de todo él, porque sé que más allá de lo grosero que se puede mostrar, hay un chico dulce y encantador. Aquel chico lindo que busca mimos como un gato, aquel chico que dice 'te odio' en un lugar de un te amo. Y me gusta eso de él, me gusta que a pesar de todo siga siendo el mismo chico de siempre. Pero eso no cambia ese malestar en mi pecho al saber que no puedo verlo con otros ojos.

Tampoco pensaba obligarme hacerlo, no iba a ganar nada bueno con eso y sólo esparcería sufrimiento.

— ¿No tienes sueño? — Ryujin se apegó a mí pecho con un pequeña sonrisa adormilada, y justo sentí todo aquello que con Minho no podía. Su pequeña sonrisa de labios gruesos, sus pestañas rizadas dándole una caricia a sus pómulos, y sus ojitos cansados mirándome de una forma tan bella que lograba que mis vellos se erizaran. Es simplemente hermosa.

Mi corazón se aceleró y le sonreí como aquel bobo enamorado que soy de esta linda chica de gafas y ropa corta, porque ella era lo que había esperado, aquello que en algún momento soñé que me estaba esperando.

—Eres hermosa.

—Lo soy —Rio aún con su cabeza sobre mi pecho, donde la suave brisa de su suspiro me terminó de dar la calidez que ella emanaba con su voz. —Pero tú lo eres más.

Hubo un pequeño momento de paz, donde ni mi cabeza ni ella dijeron algo, tan sólo estaba ahí, acariciando su delicada piel morena; tan suave, exquisita, lo que más me gustaba de su cuerpo esbelto. Y está chica con tan sólo dos días ya había logrado enamorarme, había logrado que amara cada parte de ella, y sonaría loco, tal vez por el tiempo en comparación a mis otras relaciones, pero deseaba tenerla lo más que fuera. Si en ello también entraba lo eterno, estaba dispuesto a eso.

—¿No dormías por Minho? —No respondí, ella sabía que la respuesta sería sí. —Sé que no me entromete y que esto es algo de los dos, pero si me permites opinar...

—Hazlo, ayuda no me vendría de menos.

—Deberías dejar que él regrese cuando se sienta seguro, en la escuela puedo ver como casi pides a gritos porque te mire o te sonría como solía hacerlo, pero recuerda que él necesita aclarar todo y dejar lo malo de lado. No es tu culpa, nadie elige de quien gustar, pero él se siente miserable de que seas tú, su supuesto mejor amigo, del que guste.

No volví a decir algo, ella estaba en lo cierto. No era culpa de nadie, pero más allá de ello, yo tenía la culpa por no escucharlo. Claramente yo no puedo sanar sus problemas ni él los míos, pero siempre estaba ahí escuchando todo lo que cargaba y me consolaba, yo lo único que le di fueron abrazos y besos por las razones equivocadas.

Y tenía que dejarlo hacer su camino, por ahora, que él encontrará esa calma y lograra sanar todo. Yo haré lo mismo.

Aunque sea por separado porque juntos todo volvería a lo mismo.

—Tengo miedo de perderlo. —Solté escuchándome más preocupado de lo que quería.

Ella alzó su cabeza y acercó su rostro al mío. Su linda nariz de bolita golpeaba la mía mientras está se arrugaba con ternura.

Me gustaba, todo esto me gustaba.

—No lo harás. Él te quiere, tienen historia juntos. —Con su mano acarició la mía, hasta que estas se entrelazaron. Me sentí mejor, por ello dejé que mis dedos le fueran caricias a sus nudillos. —En todo caso de que no quiera hacerlo, tú vas a respetar eso, Jisung.

« En todo caso »

Y aunque no lo quisiera, no podía sacar esa probabilidad, porque al final yo no era quien para obligarlo a quedarse por más que mi pecho dolía ante la idea de perderlo. Mi mejor amigo, mi único amigo.

𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒐́ ⎯  minsung / banghoKde žijí příběhy. Začni objevovat