Chapter Twenty Eight : Harvesting Love.

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Todavía no tenían tantos muebles u objetos como para llenar todo el espacio, así que el lugar aún se sentía un poco grande y algo vacío, todavía quedaba eco en algunos rincones y seguían habiendo cajas sin desempacar, pero iban paso a paso y eso se sentía bien.

Tenían la habitación principal completamente para ellos, con el baño más grande con acceso privado desde allí. La habitación secundaria tenía una cama más pequeña, y solía ser utilizada para recibir visitas, como MinHo, Jisung, el padre de Hyunjin o el nuevo amigo de Félix, Changbin, quien también hacía las veces de encargado de marketing para el café.

La tercera habitación ahora era el estudio de Hyunjin, estaba lleno con materiales de pintura, lienzos, telas y varios libros sobre arte en un escritorio, además de una sección específica en la pared llena de fotos que le había tomado a Félix durante sus paseos o citas.

El pecoso también tenía su estudio, ya que él no necesitaba tanto espacio y era bastante más ordenado que el mayor, había escogido el depósito como su lugar de trabajo, y ya que incluso tenía una ventana, allí había ubicado su escritorio con el computador, una pequeña biblioteca flotante, y unas cuantas plantas.

La vida como pareja estaba yendo de maravilla, la comunicación era perfecta, y aunque de vez en cuando podían tener discusiones pequeñas, especialmente por las pequeñas explosiones temperamentales que podía tener Hyunjin, las solucionaban rápidamente con una bebida caliente y una larga conversación.

Estaban organizados y tenían límites, cada uno tenía espacio personal y tiempo a solas, tenían círculos sociales apartados, y cuando se juntaban en espacios comunes con sus amigos compartidos, era poco usual verlos uno junto al otro, ya que realmente se enfocaban en la vida social.

Se habían vuelto adultos, un par de adultos funcionales y responsables, que seguían teniendo tiempo para dejar aflorar ese par de niños interiores que salían a jugar cuando iban a una cita a jugar con la pelota en el parque, y también seguían siendo ese par de adolescentes ridículamente enamorados y hormonales que solo tenían ojos el uno para el otro cuando estaban a solas.

La estabilidad era gratamente recibida, incluso de parte de la familia del pecoso, pues desde cuatro o cinco meses atrás, también se organizaban para realizar un viaje de una semana cada mes y medio o dos meses, tan solo para visitar a los padres de Félix y ser constantemente fastidiados por la hermana del mismo, así como por el mejor amigo del muchacho, y a veces, su perro.

Del lado de Hyunjin las cosas también estaban bien, el tiempo había sido la mejor herramienta para la rehabilitación de su padre, y este había culminado la misma de manera exitosa.

Actualmente, ellos tres tenían tan buena relación que durante esa semana del mes que ellos dos se marchaban para relajarse con la tranquilizadora brisa australiana, era el hombre quien quedaba en el puesto de dependiente principal de la tienda, y lo cierto era que hacía un muy buen trabajo, incluso, parecía haber conocido a una buena mujer que todos los viernes iba para pedirle un café.

El señor Hwang, como lo llamaba Félix, solía encargarse más que nada de armar los ramos de flores, y más de una vez le había regalado uno que otro capullo a aquella dama, no sin antes pedirle el permiso a su hijo para disponer de uno de los elementos de su tienda.

Hyunjin estaba bien con eso, y a pesar de que aún se le hacía extraño tener una relación familiar agradable, no se quejaba. Tenía que admitir que Félix no había mentido cuando le decía que asistir a terapia con Christopher, su mejor amigo y psicólogo de confianza, sería una buena idea.

Por otro lado, ellos no eran los únicos que estaban progresando en positivo, MinHo y Jisung tenían buenas noticias por su parte.

Para comenzar, la madre de Jisung había tenido una recuperación exitosa de su enfermedad, y aunque seguía siendo una persona a la cual era necesario cuidar y supervisar, al menos había vuelto al trabajo y ya no requería la supervisión y atención constante de su hijo.

Por esa razón Jisung había conseguido irse a vivir con MinHo, y al igual que ellos, pronto estarían celebrando un aniversario más, sin embargo Hyunjin estaba plenamente convencido de que aquel par probablemente llevaba una década o más siendo pareja, y eso era una ventaja indiscutible sobre ellos.

A Minho la vida también le sonreía, su jefe había celebrado su más reciente ciclo laboral dándole un generoso ascenso, y había pasado de ser un guardia más, a ser el jefe de seguridad empresarial de la compañía para la que trabajaba.

Según él, no solo agradecía que le hubiesen casi triplicado el sueldo, sino que agradecía tal vez más que eso, el haber dejado de utilizar chalecos y arneses con montones de herramientas pesadas, para pasar a utilizar la ligereza de camisas de vestir y corbata, con uno que otro aditivo como su arnés de seguridad y su arma, y de vez en cuando, un saco.

Recibir el aumento lo había motivado a varias cosas, la principal, viajar inmediatamente a Busan para buscar a Jisung y llevárselo con él asumiendo todas las comodidades que pudiera darle, y la segunda, financiar la carrera universitaria que su novio tanto amaba y que no había podido culminar debido a la desmejora de la salud de su madre en el pasado.

Básicamente, se lo había llevado con él con el claro parámetro de que iba a mantenerlo completamente y sin pedirle nada a cambio, para que pudiera estudiar libremente y dedicarle toda su atención y tiempo a obtener su título universitario.

Evidentemente Jisung había aceptado, pero al poco tiempo también se había ofrecido para ayudar a Félix en el café, y en un turno de medio tiempo solía acompañarlo para limpiar, atender las mesas, o estar a cargo de la caja registradora en los días concurridos, y eso lo hacía feliz.

En definitiva las malas experiencias que habían vivido antes fueron gratamente recompensadas con hechos mucho más buenos de lo que esperaban, y no había manera de expresar semejante gratitud por algo así.

De vuelta en el café, mientras Félix ajusta las cuentas de la caja registradora, Hyunjin reparte besos cálidos y pequeños por los bordes de sus orejas, provocándole cosquillas y haciéndolo reír.

Félix sostiene en una mano la hermosa rosa que le ha regalado su novio, y con la otra, acaricia su antebrazo que se encuentra rodeándole la cintura en un abrazo estrecho.

El pecoso gira un poco el rostro y lo mira sonriente, y Hyunjin le obsequia aquella mirada risueña, penosa e infantil mientras suelta una risita casi traviesa, estampándole un beso ruidoso sobre la mejilla.

—. Te amo.

Solo entonces Félix se gira de frente a él, le toma suavemente el mentón y se alza para besarle los labios con suavidad, susurrando un "te amo todavía más", que aunque quiere que escuche solo él, acaba siendo compartido con el padre del muchacho, quien pasa por un costado justo en ese instante pero también se disculpa por la interrupción.

Ambos se ríen animadamente, y mientras Hyunjin sostiene a su novio de la cintura, se acerca para darle un beso esquimal y le acaricia una mejilla.

—. Estaba pensando en que deberíamos adoptar.

Félix palidece y lo mira sorprendido, entonces Hyunjin comparte su expresión aterrorizada y sacude la cabeza de forma negativa.

—. ¡Adoptar un perro, Félix! ¡Un perro!

Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن