Capítulo 4

559 79 14
                                    

Durante varios días, la menor de las gemelas se ha dado a la tarea de observar bien al castaño claro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Durante varios días, la menor de las gemelas se ha dado a la tarea de observar bien al castaño claro. Tal y como se lo había prometido a su hermana. Incluso lo había hecho todo en forma de lista.

Habían pasado unos cinco días desde aquella discusión con Theo. Alhena ya no lo evitaba, tan solo fingía que él no estaba y continuaba con su vida como si de verdad no le doliera la traición.

—Alhena, te traigo mi reporte —anuncia entrando por la puerta de la habitación.

Apolo la miraba curioso como si supiera de que hablan.

—¿De qué me hablas? —Sale por la puerta del baño desenredando su cabello.

—Te dije que iba a observar a nuestro adorado Theo. Y para confirmar mi teoría. —Se sienta en la orilla de la cama.

La mayor se coloca sus hidratantes y cremas mientras la mira extrañada. Unos leves toques interrumpen a la de cabello largo justo cuando iba a abrir la boca.

—Pase. —Dice Alhena y entra un joven de diecisiete años, un metro ochenta con cabello negro y ojos azul verdoso.

—Hermana, te traigo mi informe. —Muestra una hoja doblada en cuatro partes.

—¿También metiste a Eris en esto? —El chico se acerca a ella y la abraza por lo hombros.

—Tranquila, hermanita, yo hago cualquier cosa con tal de verte feliz —besa sonoramente su mejilla, haciendo que la chica sonría. Ella adora a su hermano menor.

—Aprecio mucho lo que está haciendo por mí. Pero no creo que sea buena idea. Él ya dijo que no me puede ver como mujer, lo mejor es dejarlo por a paz —ambos niegan con la cabeza al mismo tiempo.

—Por favor, hermanita, escucha lo que hemos recaudado después de días de investigación.

—Por favor. —Ambos la miran con inocencia.

—Está bien, escucharé lo que tienen que decir —los otros dos hermanos chocan los cinco.

—Muy bien comencemos. Todos los días cuando se llega la hora del desayuno Theo se apresura a llegar como diez minutos antes, así puede verte cuando entras. —Explica dando vueltas por toda la habitación —. Así mismo, cuando tú no te percatas, él te mira mucho e incluso llega a sonreír cuando tú lo haces. Su mirada tiene un brillo muy bonito cuando te ve, es como si viera la cosa más bonita.

—Tal vez porque me ve como hermana —alega obvia.

—Pues, yo no te veo de esa manera —se apresura cortar Eris y la mayor lo mira entrecerrando los ojos.

—Continuo, cuando se encuentra contigo siempre murmura algo con los labios. Y antes de que me interrumpas, yo ya comprobé que es lo que dice. Ayer por la mañana estaba hablando por teléfono y yo casualmente choqué con él, así que me susurró lo mismo que a ti. "Lo siento, princesa".

Un Perfecto Desastre (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora