Capítulo 2

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El destino estaba claro, a partir de ese momento su vida cambiaría

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El destino estaba claro, a partir de ese momento su vida cambiaría. Volver al lugar donde tantas cosas habían marcado parte de su infancia y donde vivía ella. Definitivamente, sería duro verla de nuevo, así como también vivir con ella bajo el mismo techo.

El auto se detiene justo en la entrada, uno de los guardias se acerca a su vehículo y le pide bajar el cristal.

—¿Cuál es el motivo de su visita? —Le cuesta un poco reconocerlo al inicio. Pero lo hace.

—Enzo, creo que ya no me reconoces —el señor de cuarenta y tantos lo mira fijamente para luego soltar una leve risa.

—Ha pasado mucho tiempo, Theo. —Le hace una seña a otro guardia para que abra el portón —. Bienvenido.

—Gracias. Espero pronto tener el placer de platicar contigo —el hombre hace un asentimiento con la cabeza y lo deja pasar.

Después de ocho largos años estaba de vuelta, solo que esta vez ningún incidente de fuerza mayor era el causante de su regreso. Ahora él así lo había decidido y empezaría a trabajar en el bufete de la corte real.

Su retorno tardó más de lo que le hubiera gustado. Sin embargo, se le presentaron oportunidades que no pudo dejar pasar.

Continúa por el camino hasta llegar al otro portón donde lo dejan entrar sin problema. Estaciona su auto justo en la entrada de tan majestuoso lugar y suelta un suspiro.

Al momento de descender, lo observa, sigue igual que cuando se fue, nada ha cambiado. Otra bocanada de aire es expulsada y trae consigo la maleta que traía consigo. Llama a la puerta y es abierta por una señora de mayor edad con gesto amable.

—Buen día, ¿en qué puedo ayudarlo? —Cuestiono mirándolo.

—Buen día, soy familia de la reina Serem. Mi nombre es Theo Parker All... —La señora lo interrumpe.

—No se preocupe, ya sé quién es. Pase, le diré a alguien lo ayude con la maleta. Sus majestades están en la sala de estar. Apuesto que a la reina le dará mucho gusto volverlo a ver. Durante años me ha hablado mucho de usted.

—Muchas gracias, señora. —Le sonríe.

—Dime, Sarah. Ese es mi nombre. —Se hace a un lado para dejarlo pasar.

Camina hacia donde está la sala de estar y puede verla. Su adorada tía Serem. Se ve un poco más madura y puede ver unas pequeñas arrugas al final de sus ojos cuando sonríe. La castaña mira hacia donde está su esposo, lo sigue mirando con amor. El tío Alex, sigue siendo el mismo, se ve un hombre bien cuidado, todavía tiene ese cuerpo trabajado y su mirada enamorada cuando ve a su esposa.

—Majestades, alguien ha venido a visitarlos —informa la Sarah. Llamando la atención de ambos.

Ambos voltean a verme, pero la primera en reconocerlo es la castaña.

Un Perfecto Desastre (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora