Get away

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— No creo que sea buena idea —Soobin miraba cómo su mejor amigo empolvaba una de las sillas del salón con talco. Más específicamente, la silla de Choi Yeonjun. ¿Y por qué? Bueno, simplemente Beomgyu no soportaba las pintas de fuckboy de ese tipo, y ni hablar de su actitud de «puedo tratar mal a la gente porque tuve un pasado trágico». Jamás dejaría que se le acercase ni un poco a su hermana.

— Se lo merece, no volverá a hablar con Gaeun noona nunca más —Beomgyu terminó el trabajo— Vámonos antes de que llegue —cogió a su amigo y salieron de la clase, dirigiéndose a las suyas.

Después de terminar el día, se dispusieron a irse a casa cuando una voz tronadora sonó entre todo el gentío.

— ¡Choi Beomgyu! —gritó alguien a pleno pulmón. El nombrado se giró justo a tiempo para ver cómo un chico pelinegro se abría paso entre el gentío mientras no apartaba la vista asesina de él.

— Nos descubrió —murmuró Soobin con miedo, siempre le había dado cosa Yeonjun, ya que tenía esas pintas de chico intimidante que pegaba muy buenas patadas.

— Bah, es un idiota —Beomgyu rodó los ojos y momentos después sintió cómo el chico le cogía del cuello de la camisa del uniforme y lo levantaba un poco.

— ¿Cómo te atreves? —escupió con ganas de matarlo ahí mismo, sin tener en cuenta todos los testigos. Soobin vio que el chico tenía el trasero manchado de blanco y sintió un poco de pena, él no podría soportar que le hicieran algo así.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Pegarme? Uy, cuidado con el badboy —levantó las manos en tono burlón y rodó los ojos de nuevo.

— Maldito —levantó el puño y le atinó en el labio. Lo soltó y Beomgyu cayó al suelo con el labio roto, por donde salía un hilo de sangre que no tenía muy buena pinta.

— ¡Basta! —Soobin se interpuso entre los dos y abrazó a su amigo, protegiéndolo de lo que pudiese venir a continuación. Yeonjun los miró a los dos con asco.

— Él se lo buscó —murmuró en tono de superioridad y se dio la vuelta, dispuesto a irse después de acabar con su cometido.

Sin embargo, Beomgyu se levantó de nuevo y apartó a Soobin. Se acercó a Yeonjun y lo cogió del hombro, dándole la vuelta y atinándole un puñetazo en el pómulo derecho. Yeonjun retrocedió unos pasos, pero enseguida volvió a la carga. Los dos rodaron por el suelo en cuestión de instantes y los alumnos se aglutinaron, formando un círculo alrededor para ver la pelea. Yeonjun estaba sobre el menor y no paraba de golpearle el rostro. Soobin se hizo paso entre la gente y sujetó a Yeonjun de los hombros, consiguiendo alejarlo y que parase de apalear a su testarudo amigo.

— ¡Beom! Dios, ¿estás bien? —lo miró con preocupación y lágrimas en los ojos, estaba bastante mal. Todo su rostro estaba cubierto de magullones y la sangre le salía de la nariz, del labio y de una herida en el cachete derecho— Te dije que era mala idea, ¿por qué corriste detrás de él? Dios, debo llamar a la ambulancia —sacó el teléfono pero Beomgyu lo detuvo, sentándose en el suelo como pudo y mirando con rabia al chico que seguía parado ahí, mirándolo con superioridad.

— Eres un desgraciado —balbuceó y escupió un poco de sangre en el suelo. A parte del golpe en el pómulo, Yeonjun estaba intacto. El mayor no contestó, se dio media vuelta y desapareció entre la multitud.

— De verdad Beom, algún día de estos me va a dar un ataque al corazón por tu culpa —se lamentó Soobin mientras ayudaba a su amigo a levantarse.

— Perdón hyung, gracias por salvarme de nuevo —sonrió débilmente.

...

— ¿¡Yeonjun!? ¿Qué te ha pasado? —la chica se alarmó al ver el pómulo morado del pelinegro.

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