PRÓLOGO

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Sabemos de ciencia, astronomía, física. Conocemos el porqué del universo, del ser humano. Pero olvidamos lo más simple: olvidamos aprender sobre las cosas más fáciles. Damos por supuesto que conocemos el significado de «felicidad», pero ¿qué es? ¿Un momento? ¿Un lugar? ¿Una persona? Nuestra concepción de la felicidad es muy dispersa y para cada ser humano significa algo diferente. Por ejemplo, para mí, es el amor. Una palabra de cuatro letras, fácil de decir, pero complicada de sentir. Pero ¿conocemos lo que es amar de forma incondicional? Lo creemos saber, pero no significa que sea así. Todos tenemos a una persona, a ese «amor», hecho para nosotros, que puede ser con el que compartas el resto de tu vida o al que nunca llegues a conocer. Todo dependerá del destino, de si realmente estáis hechos el uno para el otro o solo sois pasajeros de un tren.

Por suerte, yo no tuve que buscar al amor. Él me encontró a mí. Y, cuando lo hizo, fue arrollador. Logré tocar el cielo con las yemas de los dedos, pero también ardí en el infierno alrededor de demonios. Sin dolor, no hay amor, y, sin amor, no hay felicidad. ¿Alguien más lo cree?

Esta es mi historia, nuestra historia, onde no encontrarás amores idílicos, sino solo los sentimientos ocultos de dos personas que nacieron predestinadas.


Sentimientos ocultos *primeros capítulos* (YA EN LIBRERÍAS)Where stories live. Discover now