Confiar en una loba | wenclair | G!P

Chapter 28.

Para Enid, el camino resultó ser bastante agradable, gracias a la armonía restaurada de su pareja. Wednesday le pidió que le contara sobre su viaje y trabajo, lo cual hizo con gran detalle.

- Se ve completamente surrealista -. Wednesday dijo dudosa cuando llegaron, salieron del auto y entraron a la casa. - Ser el mediador en una disputa territorial entre manadas de lobos. Manadas de lobos que también son personas -. Ella negó con la cabeza. - Me llevará algún tiempo acostumbrarme a todo esto -.

- ¿Todavía dudas Wends? ¿De qué somos reales? - Preguntó Enid, encendiendo el interruptor de la luz para iluminar las escaleras. No quería, necesitaba saber si ella podía adaptarse al conocimiento sorprendente que ella le había dado.

Su relación dependía de su capacidad de aceptar a su gente, de aceptarlos completamente sin reservas. Wednesday pensó por un momento.

- Sabes, he visto muchas películas y también muchos libros de humanos que se convierten en lobos. La mayoría de ellos representan lobos como, humanos que se convierten en animales violentos, criaturas no verificadas. Criaturas cuyo único objetivo parecía ser matar -. Hizo una pausa, considerando sus palabras. - Aunque creía que no había tales criaturas, me asustó -. Se movió para pararse ante Enid, sus ojos llenos de amor y aceptación. - Pero ahora, conocerte, saber qué es y en qué puedes convertirte, no me asusta -. Ella sonrió cuando su mano se levantó para acariciar su mejilla.

- Sí, no es una representación de cómo se ven los lobos reales, creo que simplemente nos llevaremos muy bien -. Enid le dio un afectuoso beso de agradecimiento. - ¿Alguna vez te dije cuánto te amo, Wednesday Addams? -. Preguntó en voz baja.

- Creo que han pasado una o dos horas -. Respondió, mordiéndose el labio inferior. - Pero no te detengas, puedes decirlo cuando quieras -.

- Eres lo mejor que me ha pasado -. Bromeó Enid.

- Vamos, vamos a la cama - Enid agarró su maleta y el equipaje de Wednesday y la siguió escaleras arriba.

- Por cierto, ¿te dije que me encantan tus pantalones cortos? - Admiraba la flexión de los músculos de su trasero y el balance erótico de sus caderas mientras subía las escaleras delante de ella. - Mirando de este ángulo, los osos parecen bailar un tango -. Wednesday se rio.

- Deja de mirar a mis ositos de peluche, pervertida -.

- Si tuviera una mano extra, haría más que mirarte sinvergüenza -. Se quejó Enid.

Cuando llegaron al dormitorio, Enid arrojó su equipaje sobre la cama. Wednesday y ella desempacaron sus respectivas bolsas. Luego Enid la siguió al baño, colocando su cepillo de dientes y otro tocador en sus lugares habituales. Mientras tanto, Wednesday ponía su champú y acondicionador en un estante y colocaría sus cosas cuidadosamente en el gabinete del baño. Enid notó la caja de tampones que colocó con sus cosas. Se movió detrás de ella y, colocando sus manos sobre sus hombros, comenzó a darle un suave masaje.

- ¿Cómo te sientes, cariño? - Enid preguntó solícitamente.

- Bien - Ella respondió, cerrando los ojos. - Mmm, eso es muy bueno -.

Enid le apartó el cabello de un hombro y descubrió la parte posterior de su cuello. Colocando un suave beso allí, deslizó sus manos por su espalda y alrededor de su cintura. Una mano seguía bajando hasta que descansaba sobre su vientre, sobre su montículo.

- ¿Sin cólicos? - Preguntó, dándole un suave masaje.

- No -. Enid levantó la mano y golpeó ligeramente la caja de tampones con el dedo para llamar su atención. - ¿Estás usando uno de estos? - Preguntó a Wednesday, quien asintió. Inclinando la cabeza, su boca estaba al nivel de su oído. Su lengua atravesó esas curvas. Acercándose el lóbulo de la oreja a la boca para mordisquearlo y beberlo, haciendo que Wednesday gimiera. - Quítate la ropa, Wends - Susurró Enid.