Harry gruñó con posesividad al ver a un par de omegas mirando con demasiada atención al alfa.

Quiso acercarse para tomar su mano, pero Louis se alejó al avanzar con el grupo. Ni siquiera se dio cuenta, aunque eso lo había herido.

Iban saliendo del coliseo mientras ambos continuaban siguiendo al beta que guiaba al grupo de turistas. Habían estado la última hora explorando y conociendo el coliseo romano, Harry escuchaba con atención las palabras del guía y Louis sonreía al notar la emoción del omega.

Sin embargo, no podía negar que ahora estaba molesto; sus cejas se mantenían rectas, sus brazos estaban cruzados y sus labios poseían una leve mueca de disgusto.

No fue hasta que el beta dio por finalizado el recorrido que Louis notó el peculiar cambio en el humor de su acompañante.

De inmediato se colocó frente a él y se acercó lo suficiente como para que nadie más lo escuchara —Hey, ¿qué ocurrió? Hace dos minutos estabas feliz.

Harry rodó los ojos y giró la cabeza, a pesar de la insistencia de su lobito para que aceptara la cercanía del alfa —Es una tontería.

—Por favor, solo dímelo.

Volvió a negar con la cabeza y se alejó un paso —No eres mi alfa, Tomlinson. Así que no, realmente no importa.

Su respiración se detuvo al sentir la mano del contrario afianzada con confianza en su cintura, mientras que la otra mano sujetaba su mentón con suavidad —Si esa tontería logró ponerte de mal humor o te incomodó, quiero saberlo. Así podemos pensar en una forma de solucionar las cosas.

Suspiró finalmente rindiéndose, después de todo, ¿qué podía perder?

—Quizás creas que es ridículo —hizo una pequeña pausa para tomar valor —. Me molestó que un par de omegas te estaban mirando, luego yo quise tomar tu mano, sabes que mi lobo es posesivo, pero... tú te moviste para avanzar con el grupo y no pude hacerlo. No estoy enojado contigo, solo me hizo sentir mal.

Louis de inmediato lo miró con un suave gesto de compasión y asintió entendiendo la situación —Lo comprendo, gracias por decirme. Sé que sigues sensible por tu celo, jamás pensaría en hacer algo que te molestara. Lamento que te hayas sentido así y lamento no haber tomado tu mano.

Sonrió cerrando los ojos, permitiéndose disfrutar del tacto sobre su piel —De acuerdo...

—¿Te sientes mejor ahora que pudiste desahogarte?

Asintió con tranquilidad, su lobito moviendo su colita con felicidad —Sí, gracias.

—¿Gracias por qué?

Se encogió de hombros —Por no hacerme sentir que no era válido estar molesto por eso. Aunque tú no hiciste nada malo.

—Es algo que te molestó. Cualquier cosa que te haga sentir mal merece atención —el alfa acarició con suavidad su mejilla —. Ahora, ¿te gustaría ir a comer algún bocadillo antes de irnos al siguiente lugar?

El menor sonrió con calidez, asintiendo de inmediato —Por favor, es tarde y necesito la merienda.

Pronto encontraron un puesto callejero de comida rápida; pidieron recomendaciones a la mujer que atendía y confiaron en ella cuando les ofreció el tan famoso Trapizzino.

Después de pagar, caminaron tan solo unos minutos para llegar al Foro Romano. Harry aceptó cuando el alfa le ofreció sentarse para descansar un poco.

Ambos disfrutando de la vista obtenida hacía los preciosos y verdes jardines del foro, además claro, la increíble estructura del lugar.

Louis tomó su mano en todo momento.

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