LIREMANCIA +18

T4:CAP22 "Sobre mi"

*El siguiente capítulo es un borrador, lo que quiere decir que solo tiene una revición, una disculpa por las fallas de ortografía*

—  MARGO MAXWELL —

Entramos a nuestra habitación, podía sentir la adrenalina por todo mi cuerpo, la dopamina saliendo de mi. Las feromonas revoloteando por toda la habitación. La urgencia de liberación. Sentía sus besos sobre mi cuello, al agarre firme de sus manos sobre mi cintura, los rizos de su cabello al rededor de mis manos. ¡Carajo! Incluso sentía la enorme erección sobre mi vientre.

—Date la vuelta— me susurro al oido — que aunque te vez exquisita con este vestido, voy a arrancartelo para follarte ahora mismo.

Mi espalda choco con su torso bruscamente, solté un jadeo. Mattheo era un poco más alto que yo, pero con los tacones que traía ahora mismo éramos exactamente de la misma estatura. Por lo que podía sentir su intimidad sobre mi culo.

Mi respiración se contrajo en el momento que Mattheo tomo el cierre del vestido, bajando con lentitud, mis pezones se erizaron con el leve toque de sus dedos recorriendo mi espalda desnuda. No llevaba bra, Narcissa me sugirió no hacerlo para que se viera mejor el vestido y solo llevaba unas pequeñas bragas negras.

— Te quitaré esto y me esperarás en la cama recostada nena... de acuerdo?

No podía acostumbrarme a qué Mattheo me dirá órdenes, de hecho dudaba que alguna vez lo haga. Jamás lo obedecía, sin embargo tratándose de esto, es como si me controlará y no pudiera negarme a lo que me pidiera. Ni siquiera esperaba respuesta.

Bajo el vestido, está bez un poco más rápido de lo que tardo en desabrocharlo. No sé si fue la brisa o el éxtasis lo que me erizo la piel.

—Ve y acuéstate.

Como si mi cuerpo no dependiera de mi comenzé a avanzar hacia la cama, recostandome en ella sobre mi espalda. Estaba nerviosa, no era la primera vez que me ponía así con el, ni seria la última.

Mi vista se enfoco en él, en el momento que me acomodo sobre mis codos, comenzó a quitarse el traje negro que le obligue a ponerse. Era una fantasía que tenía y no iba a desaprovechar la ocasión para verlo con el.

Mattheo tenía cicatrices por todo el cuerpo, marcas de la terrible infancia que tuvo, desde azotes, quemaduras, incluso alguno que otro moretón. Me queda claro que el no se avergüenza de ello, ni le duele, pero yo... no puedo evitar sentirme mal por el.

Todo recuerdo malo desaparece cuando lo noto avanzar hacia mi, con solo el boxer puesto. No puedo evitar darle otro repaso de arriba abajo, mordiéndome el labio inferior en el proceso. Es como si una atmósfera completamente distinta se fornara entre nosotros.

— Mírate... — murmuró depósitando un beso en mi vientre — Quién iba a decir hace dos años atrás que estarías aquí en mi cama, dispuesta para mí.

Su voz hizo vibrar partes de mi cuerpo que solo el conocía, su aliento sobre mi piel era una jodida tortuta. Sus besos jamás eran suaves, siempre se encargaba de dejarme en claro quien era el único que me dominaba de esa forma.

— Mírame TN. Mira lo que puedo hacerte sentir.

¡Carajo! Esa estúpida mirada, oscura y profunda era lo que más me enloquecía de el. El mundo se volvía mierda para mí en cuento lo miraba. No me importaba si haya fuera todos se jodía, mi lugar seguro era el y sonaba escalofriante, pero era perfecto.

Me beso, tomando mis manos y colocándolas sobre mi cabeza, estaba de rodillas sobre mi. Su intimidad creciendo sobre mi y la mía humedeciendose más. Por inercia eleve mi cadera solo para sentirlo más cerca. El jadeo sobre mi cuello, clara señal de que le había gustado ese pequeño rose, así que lo volví a repetir.