una marca de por vida - extra

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Guillermo despertó en unas cobijas calientitas, el sol se filtraba por la ventana de aquella habitación y el olor dulce a chocolate hizo que se levantará de la cama.

Estaba completamente desnudo y sonrió al recordar por qué.

Se puso su ropa interior y su pijama calientita, acompañada de unas pantuflas calientes que le hacían un favor debido al frío, salió de su habitación para bajar al comedor, habían dos tazas con chocolate, platos con fruta y pan en una canasta.

Sonrió enternecido.

Regularmente, después de una noche dónde ambos hacían el amor, al menos dónde solo se tocaban debido a que el argentino aún se ponia nervioso, Lionel no tenía ganas ni de levantarse, tal vez había estado satisfecho con su trabajo de anoche que ahora se paraba a hacer el desayuno.

—Buenos días—el tono de su voz salió con amor, Lionel se dió la vuelta viendo a su novio y sonrio, Guillermo le abrazo y dejo un beso en sus labios.

—Buenos días Guille, estoy haciendo omelette—guillermo se asomo y vio que si, un omelette estaba en el sartén y se veía delicioso, fue a sentarse a la mesa y no tardo mucho para que lionel le alcanzará, sirvió el omelette y ambos comenzaron a desayunar.

—¿Que haremos hoy memo?—el argentino pregunto.

Desde que Guillermo había llegado, desde hace un mes, decidió quedarse de por vida, hablo antes con Robert y Pablo, ellos le habían dicho que dónde el fuera felíz ellos estarían de acuerdo.

—Pienso visitar el cementerio, antes de irme recuerdo haberlo visitado—lionel asintio con una sonrisa, habían visitado pocos lugares juntos, se la pasaban más en casa de memo, viendo películas, cocinando y teniendo aquellos momentos tan íntimos.

—Esta bien, ¿Podemos pasar a comer después?—dijo el argentino—Vi un restaurante de comida rápida, según más 'gourmet'—

Guillermo asintio con una sonrisa y entre demás platicas lograron acabar el desayuno.

Memo lavo los platos mientras Lionel subía a hacer la cama y entrar a la ducha.

Guillermo termino con los platos y tazas, acomodo todo en la alacena y subió a su habitación, su casa había sido comprada una semana después de llegar, se había quedado con su hermano y Kevin, siendo que Kevin trataba de ignorarlo para evitar las pláticas incómodas.

Y lo logro.

Tonto, de todas maneras hablarían, ¿Con que confianza se hacía pareja de Diego después de rechazarlo cuando niños debajo de aquel gran roble?

Guillermo nego con su cabeza al recordar como un Diego de seis años lloro en el regazo de su abuela porque Kevin, de nueve años, lo rechazó diciendo que a él no le gustaban los niños presumidos.

Memo entro a su habitación y abrió la puerta de la ducha, la cortina de baño casi transparente dejaba ver a Lionel, guillermo se despojo de sus ropas y entro con el, abrazándolo por detrás, sintiendo como el agua caliente mojaba sus rizos.

—¿Te gusta sorprenderme?—pregunto el argentino con una sonrisa en sus labios, dejo que Guillermo descendiera sus manos hasta sus caderas, cerrando los ojos disfrutando de las caricias.

—Tal vez un poco—le dejo besitos en su cuello y separandose de su novio tomo el shampoo y lo puso en su cabello, la espuma salió de sus rizos y Lionel con diversión llevo sus manos hasta el cabello de su novio, lo acomodo de forma que todo quedó hacia arriba, soltando la risa de Lionel.

—¿Sabes? Creo que este estilo te queda—solto otra risa y esta vez hizo que memo se pusiera debajo del chorro del agua, el cabello volvió hacia abajo, está vez tapando el rostro de memo, Lionel soltó otra risa.

Tamal De Dulce            °memo Ochoa X Lionel Messi °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora