16. Cazador Primerizo.

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México. Un tiempo antes de que Katsui llegara a casa de Robert.

Un chico caminaba por las calles de la ciudad capital. La noche ya había caído y algunos alumbrados públicos fallaban, apagándose por unos segundos antes de volver a encenderse y repetir dicho ciclo. No había ningún peatón en las calles, solamente se podía ver algún que otro vehículo pasar.

Al vivir a los bordes de la ciudad y no en el centro, el movimiento y el ruido ocasionado por la población era muy bajo.

El chico era un Arijy, el Shaishu de fuego. Este era conocido por haber sido el causante de que los licántropos existieran en este mundo; y por esta razón se los solía llamar "Hombres Lobo Primigenios". Aunque quién sabe, puede que todo esto fuera solo un rumor.

La noche transcurrió totalmente normal, pero cuando llegó el amanecer, la cosa cambió.

El joven se estaba bañando, pocos minutos después de haber despertado. Lo que no esperaba era que alguien interrumpiera su refrescante ducha, tocando el timbre.

Era Wilson, y al principio el Shaishu no le hizo caso, fingiendo que nadie estaba en casa. Wilson siguió tocando el timbre como loco, hasta que se hartó y terminó volando la puerta con un empuje psíquico, llevándose también parte de la pared.

—Sé que estás en casa, Arijy...

Al ver que alguien había interrumpido su ducha sagrada, el muchacho salió del baño sin siquiera cubrirse.

—¡¿Qué mierda quieres?! ¿No pudiste haber esperado al menos un minuto? Puta madre, uno ya ni se puede bañar tranquilamente.

Al ver que el chico estaba totalmente desnudo, Wilson se tapó los ojos.

—¡Ey! No salgas así de repente —agregó Wilson—. Ve a cubrirte esa cosa y luego hablaremos. No pienso entablar conversación contigo si estás así.

El Shaishu se tomó su tiempo. Al menos su baño y su cuarto aún estaban intactos, no como la entrada, que se había convertido en un enorme hueco en la pared.

Cuando estuvo totalmente vestido, el muchacho se acercó a Wilson para hablar con él.

—¿Qué pasa y por qué tenías que destruir la mitad de mi apartamento? ¿Sabes que tendrás que pagar por los daños, hijo de tu puta madre?

—Es que no hacías caso, ¿qué esperabas que hiciera?

—Pues esperar, cabrón... En fin, ¿qué quieres de mí?

—En realidad, te quiero a ti. He estado buscándote durante dos semanas.

—Eh... Ok —rio el chico, incómodo—. Perdón, yo no tengo esos gustos. Digo, no tengo nada en contra de ellos, pero yo no soy gay... No mames.

—Creo que no me expresé muy claro —suspiró Wilson—. Mira: En realidad lo que queremos nosotros (porque sí, somos varios) es tu Jy, tu Jy de Shaishu.

—Eh... Bien. No sé para qué querrán el Jy de un Shaishu ni cómo lo transportarás, pero no me interesa saberlo. ¿Dónde te lo pongo o cómo se supone que tengo que dártelo?

Wilson sonrió antes de contestar, pues al parecer el Shaishu no se había dado cuenta de nada.

—En realidad, necesito todo tu Jy...

—A ver, sabes que si me dejas sin Jy voy a morir, ¿verdad?

—Pues sí, esa es la parte que no te va a gustar. Y ahora es cuando deberíamos ponernos a luchar. Pero si te entregas voluntariamente, harás que mi trabajo sea más fácil.

—Mira wey, no sé por qué mierdas tendría que entregarme voluntariamente sabiendo que moriré. Tampoco sé cuáles son tus intenciones o las de ese grupo del que hablas. Así que no, no pienso dejar que me mates. Tienes dos opciones: Te vas a buscar a otro Shaishu, que seguramente hay más, o le entramos a los vergazos.

Poder Shaishu: La Cacería de Astrid. ©Where stories live. Discover now