16. Un regalo diferente

7.1K 829 573
                                    

—Con esto ya estaría todo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Con esto ya estaría todo. Deberías estar prácticamente recuperado en unos días; si descansas, por supuesto.

Tras haber despertado por la mañana, había ayudado a bajar a Neteyam y lo habíamos traído ante mi madre, Ronal, quien no se había tomado bien mi comportamiento

—¿Cómo se te ocurre ir a buscarlo sola con la forastera, cuando te dijimos que no interfirieras? —Mi madre se acercó a mí, amenazante, bastante cabreada al enterarse de que Neytiri y yo habíamos sido las que lo habían traído de vuelta—. ¿Y cómo se te ocurre no traerlo ante mí de inmediato? ¿Has visto sus heridas? Tu comportamiento ha sido muy imprudente, Ngayä.

Aguanté con esfuerzo la risa durante el regaño de mi madre pero realmente me estaba costando. Tal vez me lo habría tomado más enserio si detrás de la tsahík no se encontrara Neteyam mirándome burlón y haciendo muecas imitándola.

Estaba haciendo un grandísimo esfuerzo, daba igual que no le mirara, se las ingeniaba para hacer algo gracioso que yo notara por el rabillo del ojo.

—¿Ha quedado claro?

La voz de mi madre me trajo de vuelta a la conversación, la cual había oído hasta la mitad más o menos.

—Todo entendido, madre. ¿Puedo irme?

A pesar de su mirada indignada por tratar de escaquearme no puso objeción y tras suspirar asintió, marchándose ella del lugar.

—¡Te mato! —Me acerqué a Neteyam y le golpeé el hombro con fuerza, a lo que él se tiró al suelo fingiendo que le había dolido mucho.

—¿Así trata la futura tsahík de los Metkayina a sus heridos? —Me miró con falsa indignación y me agaché para ayudarle a levantarse.

Sí, era tan Skawng como para tirarse al suelo sabiendo que no podría levantarse por sus heridas aún recientes.

Al estar ya de pie, me dio un cálido abrazo que le devolví, a la vez que dejaba un beso en su mejilla. Al parecer las muestras de afecto se estaban volviendo cada vez más comunes entre nosotros. Seguramente era algo que horrorizaría a mi madre, pero eso no me importaba demasiado.

—Quiero que vengas conmigo —me susurró al oído, su cálido aliento colándose por mis orejas; provocándome escalofríos.

—¿A dónde? — me separé un poco de él para mirarle a los ojos, aún sin él apartar sus brazos de mi cintura ni yo los míos alrededor de sus hombros.

El joven apoyó nuestras frentes, sin despegar nuestras miradas en ningún momento, y me sonrió enseñando sus colmillos.

—Más allá.

Le miré con los ojos entrecerrados por su misterio. ¿Qué le costaba decírmelo y ya está?

—Vas a tener que ser más específico si quieres que te busque un hueco entre mis tareas —rocé nuestras narices a propósito antes de separarlas de nuevo. Fue un roce leve, pero por lo rápido que oía a su corazón latir sabía que eso había provocado algo en él.

Skawng // NeteyamWhere stories live. Discover now