Cuando volví, era casi la hora de cenar, subí a la habitación y a medio camino me encontré a Joaquín y Rosa.
— Pero ¿dónde te habías metido? Llevamos un buen rato buscándote. No sabes lo preocupado que está Marco.
¿Marco, preocupado por mi? Pero si él sabía que me había ido a dar una vuelta, además no pareció importarle mucho cuando le dije que me iba a dar una vuelta, por eso me extrañó que estuviera preocupado.
— Solo he ido a pasear, necesitaba pensar, estar sola un rato.
— Ya, pero Marco te ha llamado varias veces al móvil y no le contestabas — me aclaró Rosa.
— Es que me lo he dejado aquí, en la habitación — le dije — ¿Dónde está Marco?
— Ha bajado, debe estar por ahí fuera buscándote — señaló Joaquín.
— ¿Habéis discutido o algo, cariño? — me preguntó Rosa con toda la dulzura del mundo.
Primero dudé en responderle, después pensé que era mejor que le dijera "la verdad".
— Sí, más o menos.
Rosa siempre había sido una buena amiga y me moría de ganas por contarle lo que me pasaba y lo que pasaba entre Marco y yo, pero no podía, no podía contarle la verdad de mi novio ficticio y cuanto me dolía que hubiera tenido que recurrir a aquella treta para ir a su boda con un novio.
— Ya sabes que si necesitas hablar con alguien, estoy aquí — me dijo mi amiga, mientras Joaquín hablaba con alguien por teléfono.
— Ya, lo sé, pero solo necesitaba estar sola un rato, poner mis ideas en orden, nada más.
— Está bien.
— Ya viene para acá — dijo Joaquín, colgando su móvil, al parecer le había llamado para decirle que ya me habían encontrado.
Por lo que unos minutos después y mientras Joaquín, Rosa y yo habíamos bajado al salón de la televisión, Marco llegó hasta el hotel.
Cuando entró en el salón vi su cara desencajada, se le veía muy nervioso y furioso también:
— ¿Dónde te habías metido? Te he estado llamando y no me cogías el teléfono.
— Lo dejé en la habitación, estaba en silencio, lo siento — me disculpé — Necesitaba estar sola un rato, sabías que había ido a pasear.
Me miró enfurecido, parecía que iba a gritar, pero finalmente no lo hizo. Parecía como si hubiera pensado, recapacitado o recordado algo que lo hizo cambiar de opinión.
— Sí, pero tardabas en volver y pensé que quizás, no sé, fui un estúpido — dijo — Perdóname.
Me acerqué a él, me abrazó, lo besé. Me sentía segura en sus brazos, me sentía bien con él. Y sin duda, él también se sentía bien conmigo y se preocupaba por mí. Lo malo era aquel contrato que nos separaba y que yo ya empezaba a arrepentirme de haberlo firmado. ¿Se estaría arrepintiendo él también?
Después de eso, decidimos cenar y tras tomar una copa los cuatro juntos en el bar del hotel, finalmente nos fuimos a dormir. Al día siguiente volvíamos a casa,y Rosa y Joaquín se irían de viaje de novios.
Cuando subimos a la habitación, Marco cogió su pijama y dijo:
— Creo que será mejor que duerma en el sofá.
— ¿Por qué? — le pregunté.
— Ya sabes por qué, no podemos dejar que vuelva a pasar, Carla. Sabes que lo nuestro no es posible y si duermo contigo no me podré resistir.
YOU ARE READING
UN NOVIO PARA NAVIDAD
RomanceCarla necesita un novio con urgencia para que sus padres lo conozcan estas navidades, así que decide contratar a un guapo gigoló que se haga pasar por su novio. Pero entre cenas, comidas y fiestas navideñas surgirá entre ellos algo que ninguno de l...