Por suerte para Jisung, la puerta de la habitación fue abierta estruendosamente, dejando ver a Changbin junto a 2 guardias más y junto al rey. Rápidamente le quitaron al alfa de encima, Jisung, por el contrario, se vistió rápidamente e intentó calmar su llanto.

-Llevenselo a los calabozos. -ordenó el rey- Más tarde me ocuparé de él. -los guardias asistieron y se llevaro a aquel alfa prácticamente a rastras-

-Jisung, ¿como estas? ¿Que pasó? -dijo Changbin acercándose a él-

-E-ese alfa llamó a mi puerta, me empujó y después... Pasó todo. -dijo mientras aún continuaba llorando- ¿Como has sabido lo que pasaba?

-E-es algo complicado de explicar.

-Majestad... Juro que yo no hice nada. -dijo Jisung mirando al rey con cierto temor por lo que pudiera pasar-

-Ya lo se, se que no fuiste tú. -dijo con un tono de voz calmado, aunque su lobo interior, por algún extraño motivo, deseaba correr y abrazar a Jisung, cosa que, por obvias razones, no iba a pasar- Ve a enfermería y que te revisen. Si es necesario, mañana puedes tomarte el día libre.

-G-gracias Majestad...

-No es nada. Procura descansar. Ahora iré a encargarme de ese... Bastardo. -tras decir eso, salió enfurecido de la habitación, atemorizando incluso a Changbin-

-Vamos a que te revisen. -dijo Changbin acercándo sus manos hasta el rostro de Jisung para secar sus lágrimas, Jisung pensó en retroceder, pero no lo hizo, ya que sabía que Changbin no hacia eso con segundas intenciones. Después de eso, salieron de la habitación, Jisung iba apoyado en Changbin, ya que por obvias razones, le costaba caminar. Al llegar a la enfermería, Changbin se quedó fuera, esperando a que la revisión de Jisung-

Mientras tanto, Changbin se quedó pensando en lo que había pasado momentos antes de encontrar a Jisung en esa situación, había sido extraño cuanto menos.

༶•┈┈⛧┈♛ Minutos antes ♛┈⛧┈┈•༶

Changbin se encontraba en la Sala de reuniones, junto al rey, ya que tenían asuntos que tratar. Los presupuestos para el ejército real eran algo irregulares en los últimos meses. Y era extraño, ya que hacia tiempo que los presupuesto no cuadravan.

De pronto, el rey comenzó a sentir una extraña sensación en su interior. Su lobo interior le gritaba que algo estaba mal, pero que eso que estaba mal no iba mal con el, si no con un Omega. Omega que su lobo interior denominaba suyo, pero aún no lograba descubrir quién era.

-Majestad, ¿se encuentra bien? -dijo Changbin-

-Si, continúe.

Changbin continuó hablando, más el rey no le escuchaba, ya que su lobo no paraba de insistir en que "su Omega" estaba en peligro. De pronto, sintió una leve punzada en su pecho, lo que le hizo sobre saltarse, y un aroma conocido llegó hasta sus fosas nasales.

-¿No hueles eso? -le preguntó a Changbin-

-¿Oler el que? No huelo nada Majestad.

-Yo si lo huelo. Es un olor dulce, no, no es dulce, se está viviendo en un olor fuerte...

-¿Olor fuerte? ¿Como el olor de un Omega asustado?

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