Capitulo 23

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Me despierto por los rayos del sol que inundan la habitación. Camino hacia el gran balcón de la habitación y observo la hermosa vista. La mañana en Madrid, amaneció clara y soleada, con el calor solano de un día de estío, puedo notar cómo las flores y la hierba, tienen un verdor intenso. Las personas caminan por la calles, muy concentradas en sus cosas. Vuelvo a mirar a la cama, no me había fijado en que Derek no está. Frunzo el ceño. ¿Dónde estará? Salgo de la habitación y hay un olor exquisito a tostadas francesas, viene de la cocina. Me dirijo a ella y está la señora Margo.

- Hola cariño -dice Margo girándose hacia mi- ¿cómo estás?

- Estoy bien -respondo con una sonrisa-.

- Estoy preparando tostadas francesas, ¿deseas?

- Ahora no -respondo- ¿Sabes dónde está Derek? -pregunto cambiando el tema-.

- Oh, está en su oficina, tiene mucho trabajo.

- Gracias.

Me dirijo al pasillo que lleva a su oficina y recuerdo la discusión que tuvimos ayer. Un escalofrío recorre mi espalda. Me asomo en la puerta de la oficina y Derek tiene su mirada petrificada en la computadora. Carraspeo un poco la garganta y llamo la atención de Derek. Me mira sin ninguna expresión y eso me incomoda un poco.

- ¿No vas a entrar? -pregunta Derek-.

Entro lentamente a la oficina y lentamente me siento en uno de los sofás que hay frente al escritorio.

- ¿Desayunaste? -pregunta Derek-.

- No... Aún no, esperaba por ti. -respondo-.

- Lo siento... Gracias pero ya desayuné...

Derek suspira. Aprieta un botón que hay en una pequeña cajita que está pegada a la pared, es un intercomunicador:

"Margo, tráele unas tostadas francesas a la señorita Collins por favor, y trae un poco de café y jugo."

"A la orden señor" -responde Margo al otro lado del intercomunicador.

Derek no vuelve a mirarme. ¿Qué es lo que sucede? ¿Aún sigue molesto? Me acomodo en el asiento y eso hace que Derek y yo crucemos miradas. Ambos quedamos observándonos, hasta que Margo nos interrumpe.

- Aquí tienes linda -dice dándome una bandeja-.

- Ohh, gracias -respondo-.

Margo se va y yo sigo observando la bandeja.

- ¿Sucede algo? -pregunta Derek mientras me mira-.

- Es que... No creo que me comeré todo esto -respondo-.

- Deberías, tenemos que irnos -dice volviendo a mirar la computadora-.

- ¿A dónde? -respondo empezando a comer-.

- Te llevaré a casa de Rachel, me llamó y dice que está preocupada por ti...

Mierda, Rachel.


- ¿Tienes todo Annie?

- Si, tengo todo -respondo-.

- Bien -dice con una sonrisa pícara-.

- ¿Qué? -pregunto-.

Derek no responde. Solo me tira una guiñada. Subo al auto y Derek cierra mi puerta. Le da la vuelta al auto y se sienta a mi lado.

- Abróchate el cinturón -dice mientras se abrochaba el suyo-.

Bruce sube al auto, lo enciende, y toma rumbo a la interestatal número 8. El ambiente está tenso. Derek no ha hablado ni con Bruce, ni conmigo. ¿Qué carajos pasó ahora?

Enamorada de... ¿Mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora