HAIZE

16. Es momento de decidir... ¿Sufrir o arriesgar?

—Buen trabajo, por eso te amo.— Se acerco y planto un beso en mi frente.

Mentiras y puras mentiras. ¿No me digas que le acabas de creer?

No, no soy tan estúpida como para creerle después de lo que vi. 

Forcé una sonrisa y me uní a la reunión, al parecer mis padres tenían una alegre sonrisa en sus rostros, pero sus miradas me fulminaban de pies a cabeza. Respire hondo y desvié la mirada a los amorosos de Eugene y su esposa.

—Bueno, ahora que arreglamos esto de la fecha y mi futura nuera acaba de llegar, ¡brindemos!

Cada uno tenia una copa de Champagne en sus manos, yo la miraba, absorta en mis pensamientos. Me casare con un hombre que incumplió una ley del matrimonio, también me utiliza para un fin y al final nunca me amo ni amara. Solamente fui la primera opción en su desesperado plan.

¿Estas allí, Haize? ¿En lo profundo de mi mente? ¿Puedes escucharme? ¿O es que en verdad estoy enloqueciendo y ahora pienso que puedo hablar contigo mediante mi mente?

Si, aquí estoy. Aunque aun no puedo asegurarme de que este completamente cuerda.

Ignore su chiste malo. 

No quiero casarme con este hombre, ¿lo sabes?

Lo se. Pero no te desanimes, lunita, el futuro esta lleno de casualidades y golpes de suerte, tal vez un día consigas uno de ello.

Tal vez.. aunque no lo creo. Moriré y serviré a un hombre que solamente rompió mi ilusión.

Pero creo otra en su lugar.

¿Cual? Porque no tengo ni idea de lo que es.

Su respuesta nunca llego.

—¡Emma!

Volví a la realidad y observe a un Marcus con el ceño fruncido, sus labios estaban apretados en una fina linea. Sacudí la cabeza y sonreí, concentrándome en el momento.

—Perdón, no me siento muy bien...

—¿estas bien?— Pregunto, serio.— Si quieres te puedo llevar a casa..

Negue, cerré los ojos un momento y me levante del cómodo sofá de cuero.

—Yo.. puedo ir sola, gracias.— Musite.— No deseo molestarle la fiesta. Eh tenido un día muy largo hoy, lleve mucho sol y creo que me causo una jaqueca.

—Pero..-

—No te preocupes, querido. Estaré bien, aun no se esconde el sol. Ustedes disfruten del resto de la fiesta.

No refuto, solamente me siguió en silencio hasta la puerta y me despedí dándole un beso en la mejilla, le sonreí al final y me despedí con la mano. El solo me observo alejarme tranquilamente. Por fuera, parecía estar bien, pero por dentro tenia millones de preguntas que responder en un lugar a solas.

Deseo tener un momento.

Me apresure por tomar un atajo, no conocía muy bien esta zona, pero podría ubicarme si llego a la calle Ringaran. Y si, la calle estaba justo del otro lado. Camine todo el camino a casa, reordenando mis ideas en mi cabeza. 

Fue un día largo, lleno de sorpresas y tristezas. Como también alegrías y nuevas experiencias.

Pero, si tuviera que confesar una cosa, es que no sentí ningún tipo de dolor amoroso hacia Marcus cuando lo supe.. Tuve como una reacción de desilusión, pero no fue un dolor. No me rompió el corazon.

Sabia desde un principio que no me amaba, desde el momento que pidió mi mano. Solamente lo hizo para tener el puesto de propietario mas rápido. Y lo tuve que saber en ese momento, era demasiado obvio. Pero estaba cegada por la ilusión, que fue descendiendo su efecto al pasar del tiempo.