12. Traición, no tan traición.

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El santuario de Helios era el mas cercano a la sala de misas, en cambio, el santuario de Balder se encontraba aun mas allá del gran pasillo. Tuve que recorrer un gran camino, con los pensamientos vagos que rondaban mi mente una y otra vez.

Haize, aunque fuera estúpido era lo único que pasaba por mi mente. Me eh dado cuenta, que en lo poco que eh estado cerca de el, mi cabeza no procesa y se queda totalmente en blanco y no soy capaz de pensar con claridad.

ahora eso me lleva, ¿Qué hace Haize en la catedral? ¿Por qué estaba con Circe y aquel hombre en llamas? ¿Qué relación tendrá con ellos?

La curiosidad es mi fuerte y mi debilidad a la vez, no soy capaz de mantenerme al margen y no saber nada de ello, mucho menos de la persona que actualmente son todas las neuronas que tengo, Haize.

Me pregunto, ¿Por qué no querrá que me presente aquí? Que yo vea, no hay nada de malo. ¡Aparte quien se cree! ¡ni siquiera lo conozco! o eso creo...

Es complicado pensar y sacar conclusiones cuando no eh entendido nada de lo sucedido, Ya, mi culpa por no prestar atención, ¡pero era imposible! Al parecer lo mas importante para mis ojos, son los ojos de Haize. Son Masoquistas, en pocas palabras.

Ahora que lo recuerdo... Circe había comentado que dos personas estaban en el santuario de Balder, donde se supone que iba a realizar los preparativos de mi boda. ¿será algún conocido? ¿será Eugene o Marcus? ¿alguien que conozca los pasadizos de la catedral? 

Mmm, me interesaba la idea. Me adelante un poco, apresurando el paso con una sonrisa en mis labios, me emocionaba la simple idea de que se tratara de la boda. Sin embargo, ya casi llegando a la puerta de Balder, me detuve en seco.

Un gemido rasposa llego a mis sentidos, ¿eso era un gemido o era mi imaginación?

Otro mas. Esta vez mas sonora.

Ay dios Balder, ¿Por qué se escucha así?

Otro. Pero este era distinto, era gutural, con un suspiro seguido.

Pero, ¿¡porque se escucha así!? ¿¡Quien anda ahí!?

Mis pensamientos sucios fugazmente llegaron a tener ideas de lo que sucedía, sin embargo ignore la idea apenas mis mejillas se incendiaron por la simple idea de.... Eso.

Di pasos lentos, teniendo el corazon en la garganta. Los sonidos aun seguían sin parar ni darse ni cuenta que me encontraba presente. Así que guarde silencio, aun nerviosa, y me dispuse a colocarme enfrente de la puerta, medio abierta, dejando ver todo lo que se encontraba en el interior.

Mire de reojo y el santuario estaba igual como lo había dejado la noche anterior, con la diferencia que dos personas, en la ultima fila de sillas estaban haciendo sus "cosas" una pegada a la otra.

No era capaz de moverme de mi lugar, respirar o parpadear.

¡Ni siquiera era capaz de decir lo que se encontraban haciendo!

¡Profanando el santuario!

Pero eso no era lo peor de todo; no, claro que no. Observe a las dos personas con detenimiento.

Estaban desnudas, las dos, el hombre de cabellos caramelos que reconocí, me daba la espalda sentado en la ultima silla de invitados para la boda.

No... no creo que pueda ser el, ¿o si...?

—¡Marcus! ¡Ah! ¡Ah! ¡si, si! ¡Mas!

Mas bien dicho. Nuestra boda.

La otra, estaba sentada a horcajadas encima de el y daba saltos mientras los sonidos aun profanaban el ambiente, el lugar sagrado, la catedral, mi mente, mis pensamientos.

HAIZEWhere stories live. Discover now