0.1: Los 4 demonios vestidos de boys over flowers. PARTE I

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Enfoco mis ojos en en el disco que se desliza con velocidad sobre el hielo y aprieto los labios antes de pisar con fuerza e ir tras él

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Enfoco mis ojos en en el disco que se desliza con velocidad sobre el hielo y aprieto los labios antes de pisar con fuerza e ir tras él. Trato de mantener mi cabeza fría para no tropezar sobre la pista y no cometer el error de dejar que el disco se me escape, pero la conversación de esta mañana con mis padres se mantiene flotando en mi memoria y entorpece cada uno de mis movimientos.

Dejo salir un pequeño gruñido cuando el disco entra a la portería y freno sin cuidado a más de un metro de él. Quito el casco de mi cabeza y lo lanzo con fuerza antes de dejarme caer sobre el frío rink; llevo mis manos a mi rostro y dejo salir un quejido de mi boca.

—Parece que hoy no es un buen día, ¿cierto?

Frunzo mi ceño por el eco de voz desconocido y descubro mi rostro para buscar de dónde proviene, sin embargo, lo único que noto es una sombra en la equina del espacio, recargándose en la entrada del lugar.

—Desde el jueves ningún día es un buen día — murmuro sin realmente preocuparme porque el extraño me escuche y volteo la mirada de él hacia el disco en la portería.

—¿Puedo preguntar por qué?

—No, no puedes — respondo sin mirarlo.

—De acuerdo... — suspira —, si no puedo preguntar porque parece ser que estás triste; ¿puedo preguntar qué haces aquí un domingo en la noche? — el sujeto vuelve a curiosear y ahora soy yo el que suspira y se levanta del hielo.

—Sólo si respondes tú también a la pregunta — condiciono mientras patino hacia el casco que lancé.

—Estoy esperando a mi hermano; dijo que olvidó sus patines y me hizo traerlo aquí para que los buscara, sin embargo, escuché un golpee por este lado y vine a ver qué era. Supongo que fue el casco que estás recogiendo — explica, haciéndome morder mi labio.

Ni siquiera lo lancé taaaaaan fuerte.

—No quiero estar en casa — suelto después de algunos segundos de silencio y juego con el objeto en mis manos. Yo tengo que estar muy mal para estar hablando de esto con un completo extraño, ¿no?

—¿Problemas con tus padres?

—Yep — respondo mientras me deslizo sobre el hielo para llegar a la barda del rink y estar de frente al desconocido. Seguro él me ve perfecto, pero yo sigo sin verle la cara; si no paso la noche, que mis papás sepan que fue su culpa —. Quieren que deje de venir a hockey y me concentre en mis estudios 24/7 — bufo, moviendo uno de los cabellos rubios que cae por mi rostro.

—¿Qué estás estudiando?

—Estoy en mi último año de preparatoria, o bueno, a penas lo voy a comenzar; estoy de vacaciones.

Me encantaría saber cuáles son las reacciones del chico «porque tiene voz grave y joven, no aguda y de viejito», pero lo único que veo es una sombra negra haciendo expresiones de sombra negra; no es de gran ayuda.

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