0.7: Uy, la llorona que lee las líneas de las manos mientras escucha Twice

274 32 18
                                    

Jamás he estado en un interrogatorio policial, pero tengo el ligero presentimiento de que el sentimiento de estar en uno es similar al que estoy teniendo ahora mismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jamás he estado en un interrogatorio policial, pero tengo el ligero presentimiento de que el sentimiento de estar en uno es similar al que estoy teniendo ahora mismo.

Un policía haciendo las preguntas «Taylor», una luz tenue «la luz del vestidor de hockey» y el acusado «yo» en una silla «la banca del vestidor» respondiendo las preguntas con el corazón acelerado porque el policía es muy intimidante.

Sí, definitivamente esto es igual.

—Entonces... — Taylor habla, escudriñándome con los ojos — ¿por qué diablos estás aquí otra vez con Baltasar que no se llama Baltasar y has faltado a los últimos dos entrenamientos sin avisar después de contestarme chillonamente al teléfono? — interroga, cruzándose de brazos.

Por si alguien se lo pregunta, Beomgyu está en las gradas, Taylor lo corrió allí cuando me vio entrar con él al edificio y me arrastro en contra de mi voluntad hasta aquí mientras murmuraba cosas sobre cómo no había podido dormir en estos últimos días por no estar enterada de la vida secreta de sus amigos. Yo me reiría de eso, pero sé que es cierto, tiene ese problema de tener que estar al día con la vida de sus amigos o su ciclo de sueño se rebela y se le descompone. Es algo genético, dice.

Me aclaro la garganta antes de hablar.

—Primero que nada, me ofende que no me hayas recibido con una sonrisa después de no verme por varios días — me quejo, pero me arrepiento cuando mi rubia amiga me mira con seriedad —. Bueno, ya, lo que pasa es que Beomgyu me ayudo a escaparme de casa porque me castigaron ayer por una cosita bien mínima que hice en el evento y pues no lo podía correr después de que me hizo el favor — explico mi presencia con el chico, pero el semblante de mi amiga no cambia.

—Una explicación resuelta, te faltan dos — sentencia, haciéndome abultar mis labios.

—Tayyyyyloooor — alargo su nombre —. No hay necesidad de saberlo todo en el mundo — me rehúso a contarle mis más recientes penas, pero, como dije, Taylor no duerme sí no está al día con mi vida; así que ni siquiera se inmuta por mis palabras y se mantiene mirándome en espera de mis explicaciones. Bufo, derrotado — Prométeme primero que no dirás nada de lo que te cuente, Alison — farfullo, sintiendo la vergüenza de tener que explicar el trato que hice con mi hermana.

—Seré una tumba — asegura, haciéndome farfullar por lo bajo.

—Lea encontró un curso de diseño de modas que le interesó y se inscribió en él — murmuro finalmente, obligando a hablar por esta dictadora rubia, sin mirarla a los ojos —. No tengo ni idea de donde se lleva a acabo, pero no es cerca de aquí — frunzo el ceño al darme cuanta de que no puse nada de atención en su presentación y no tengo ni idea de donde rayos está. Que bueno que me responde al teléfono o tendría que estar rastreando su ubicación desde ya.

—No te distraigas con tus pensamientos, continúa — Taylor dice, trayéndome de vuelta y haciéndome girar los ojos.

¡Ven, toda una dictadora!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 05 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Playing pretend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora