.11|El Rescate De Jack

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14 de abril de 1912

Miraba a mi madre desesperada pero esta no le tomo importancia, vimos que unos empleados entraron y nos miraron con preocupación.

–¿Ocurre algo, señor Andrew?–preguntó mi madre un tanto preocupada.

–Lamento decirle que el Titanic tuvo un pequeño accidente y están evacuando a todos y piden que se pongan los salvavidas–dijo el señor Andrew mientras nos pasaba uno a cada uno.–Las mujeres y niños deben ir a los botes.

–Anda vamos Maddison, Rose vamos niñas–dijo mi madre mientras nos jalaba a las dos preocupadas, noté como mi hermana miró al instante a su esposo Cal.

–Tranquila, cariño, todo estará bien anda, vamos–dijo para luego seguirlas. Estábamos por llegar a la proa pero me solté del agarre de mi madre.

–Maddison, no colmes mi paciencia y vamos a los botes, no estoy para tus berrinches–dijo mi madre enojada

–Maddison, obedece a tu madre, no seas una niña malcriada–dijo Daniel mientras me tomaba fuerte del brazo y no dudé en escupirle la cara como me había enseñado Jack. Me tomé la valentía de comenzar a correr en busca de Jack, no me importaba que el Titanic estuviera uniéndose, solo quería estar con él. Corría y corría desesperada, veía como todos salían corriendo con desesperación. Al llegar a tercera clase, aquellos pasillos ya estaban desiertos iba a hacer imposible encontrar a Jack. Entonces me ví obligada luego de correr y correr y no ver nada me ví obligada a gritar su nombre.

–¡Jack!–grité pero no obtuve respuesta alguna, caminé un poco más y doblé a la esquina del pasillo y volví a gritar.–¡Jack!

–¡Maddison!–lo escuché gritar mientras hacía ruido.

–¡Jack!–su nombre era lo único que podía decir

–¡Maddison! ¡Estoy aquí!–gritó Jack desesperado mientras hacía ruido. Seguí corriendo en dirección a su voz hasta que llegué al cuarto donde se encontraba

–Oh, por Dios, Jack, creí que no te vería nunca más–dije con la voz quebrada para luego tomarlo de las mejillas y besarlo.

–Maddison, escuchame busca en todas esas llaves, si encuentras la de las esposas, la llave era plateada–dijo Jack mirando donde había muchas llaves colgando. Me acerqué y comencé a buscar una por una pero no la encontré.

–No hay una plateada, todas son de bronce–lo miré desesperada.

–Busca en esa gaveta–dijo Jack para luego mirar el escritorio, hice lo que me pidió y nada.

–No hay nada–lo miré asustada y con los ojos llorosos.

–Escuchame, ve por los pasillos e intenta buscar ayuda–me miró de una manera tranquila. Yo asentí ya que no podía hablar por el frío que me dominaba, ya mi ropa estaba mojada. Lo miré a los ojos, no pude evitar besarlo otra vez para luego resoplar y buscar ayuda. Corría y corría desesperada hasta que ví un hombre pasar corriendo.

–¡Oiga!¡Espere!–le grité para luego correr a él pero este me tomo fuerte del brazo

–Señorita debe subir, las mujeres y niños deben de estar...–lo interrumpí dándole un fuerte golpe en la nariz, ya que no dejaba que hablara ya que me obligaba a irme con él. Este me miró espantado para luego decirme–¡Púdrete!–se soltó de mi agarre para luego irse corriendo, pase las manos por mi cara mientras que dos lágrimas se deslizaron por mis mejillas. Seguí caminando hasta que ví una hacha colgando de la pared detrás de un cristal. Con el codo rompí el cristal y la tomé, corrí en dirección en donde estaba Jack pero el agua helada ya había llegado a un nivel extremo, así que no me importó, me sujeté de los tubos del techo y comencé a caminar contra la corriente hasta llegar a él.

–Encontré esto–lo miré mientras me asomaba por la puerta.

–¡Genial!–dijo sonriente, estaba por cortar las esposas pero antes me detuvo–¡Espera! Primero practica pegándole a ese pedazo de madera.–asentí y le pegué–Ahora intenta darle al mismo lugar–Intenté de nuevo pero fue inútil–Ahora intenta romper la cadena –lo miré asustada y antes de romper las esposas volvió a detenerme.–Sube un poco el brazo de arriba–hice lo que me pidió cerré los ojos e hice que el hacha hiciera su trabajo y funcionó había cortado las esposas. Ambos nos miramos y reímos de la emoción Jack me tomó de las mejillas para luego besarme. Jack al bajar de aquella madera y al tocar el agua se quejó–Mierda, está helada.

–Vamos, no queda mucho tiempo–lo miré, tomé su mano e intentamos salir de aquel infierno. Creo que esta será una noche muy larga o tal ve sea la última.

𝐘𝐨𝐮 𝐣𝐮𝐦𝐩, 𝐈 𝐣𝐮𝐦𝐩, 𝐫𝐢𝐠𝐡𝐭?  //~𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐃𝐚𝐰𝐬𝐨𝐧/Where stories live. Discover now