Itoshi Rin

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Conocía a Rin desde que éramos pequeños. Era un chico muy dulce y amable, como un sueño como cualquier otro. Admiraba increíblemente a su hermano mayor, que al igual que él, tenía una gran pasión por el fútbol. Iba a clase con Rin y mantenía una relación estrecha con los hermanos, pero siempre era el menor el que me cautivaba. De pequeño siempre era muy amable conmigo y le animaba en todos los partidos. Ya pasado el tiempo, cuando ambos cumplimos los 14, confesamos los sentimientos que teníamos el uno por el otro y nuestra relación cambió a una romántica. Es cierto que Rin siempre había sido un tanto reservado con el resto de personas, pero con su hermano y conmigo era la persona más dulce y atenta del planeta. Hasta que ocurrió el accidente con su hermano.

A partir de ahí, Rin se cerró drásticamente a todo el mundo. Aunque su pasión por el fútbol no había desaparecido, empezó a abarcar este deporte con odio y resentimiento que fue generado por y contra su hermano. Yo le seguía queriendo a pesar del drástico cambio es su carácter e intentaba apoyarlo en todo lo que podía. Bien es cierto que se volvió más seco con todo el mundo, pero conmigo seguía conservando ese toque de cariño y amor que siempre me mostró, aunque solo cuando estábamos a solas. Sentía como poco a poco con los meses, pareciera que Rin dejó ese rencor en segundo plano. O eso parecía hasta que le llegó la oferta de este proyecto de reclutamiento masivo entre jóvenes delanteros.

Intenté contactar con Rin durante tres días vía llamadas y mensajes. Tampoco asistía a la escuela, así que decidí ir personalmente a su casa, para ver qué le pasaba. Cuando entré en la casa, sus padres me recibieron cordialmente. Les pregunté cómo se encontraba Rin y me contaron cómo llegó una carta de la federación japonesa de fútbol hablando sobre proyecto y de cómo iban a estar encerrados e incomunicados haciendo un entrenamiento intensivo. Se disculparon en nombre del joven por no haberme dado la noticia y me prometieron que si tenían noticia alguna de su hijo me harían saber. Yo obviamente me encontraba devastada. Que tu pareja de 2 años se olvidara completamente de decirte que iba a desaparecer del mapa por a saber con cuanto tiempo no era una noticia muy buena que digamos. Intenté ponerme en contacto con Rin, pero seguía sin ver mis mensajes. Entendía que ese era su sueño y no estaba en contra de que se embarcara en este proyecto, pero me dolía increíblemente que no me hubiera dicho ni comentado nada acerca de Blue Lock.

Después de meditarlo seriamente, decidí que lo mejor era romper con Rin. Lloré por días, pero la única conclusión a la que llegaba es que no solo Rin había antepuesto el fútbol a Rin, sino que me había dejado a un lado y no quería que le acompañara en su camino. No quería que estuviera junto a él para apoyarle y él no estaba dispuesto a malgastar su tiempo ni invertirlo en nuestra relación. Le escribí un largo mensaje de texto que esperaba que leyera en algún momento, diciéndole que respetaba su decisión, que apoyaba su camino aunque no pudiéramos estar juntos y que les deseaba lo mejor tanto a su carrera de futbolista como a él. No guardaba ni un ápice de rencor hacia el joven, a pesar de lo devastadores que fueron para mi sus acciones. Todavía había en mí un pequeño cariño hacia Rin que me permitía perdonarlo. Además del mensaje de texto, escribí una carta de la misma índole. Le pedí a los padres de los hermanos que se la hicieran llegar. Esta era bastante más extensa que el mensaje, pero en ella me sinceraba más y le explicaba con aún más detalle mi decisión. También dejaba muy claro que no guardaba rencor, pero que no me veía volviendo a tener con él una simple relación de amistad en un futuro cercano. Cuando llevé el sobre con la carta a casa de Rin, no les di muchos detalles a los padres, pero mi notable seriedad cuando la entregué les dio la razón de mi visita.

Después de tomar esta decisión, estuve bastante dolida, pero sabía que con el amor de mi familia, mis amigos y dedicándome tiempo para sanarme, saldría a flote. Tenía tanta fe que hasta contemplaba en un futuro recuperar mi relación de amistad con Rin, aunque jamás se me cruzó por la mente poder volver a establecer una relación romántica. No supe nada de él después del mensaje y la carta. De hecho, la única noticia que tuve, fue el anuncio del partido de la Sub-20 contra Blue Lock. Mi amor por el fútbol no había desaparecido y vi ese esperado partido que me dejó los pelos de punta. Me perturbó un poco ver a Rin de esa forma, tan rencoroso y con tanto odio, pero omitiendo este detalle, me sorprendió ver a tantos jóvenes con talento salidos de este proyecto y tenía fe en que alguno de ellos llegara a convertirse en famosos futbolistas a nivel internacional.

Blue Lock - One shotsWhere stories live. Discover now