Nagi Seishiro

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Estaba paseando como un día cualquiera por los pasillos de la preparatoria. Me dirigía hacia la máquina expendedora para comprarme un café. La noche anterior no había dormido mucho en pos de prepararme para los próximos exámenes que se avecinaban. Estudiar no se me hacía tedioso como tal, pero es cierto que me consume bastante tiempo y tener mi agenda tan apretada no era algo que me lo facilitara.

Mientras me dirigía a la máquina más cercana, inmersa en mis pensamientos, escuché una voz familiar decía mi nombre

- Yo ___, ¿hacia dónde vas? – Era Mikage Reo, el heredero de la corporación Mikage. Un niño rico más de esta academia. Es un sujeto amable con el que es fácil conversar. Como una niña rica más de esta academia, coincidíamos bastante en las fiestas que organizaba tanto su familia como la mía. En más de una ocasión encontrarme con él me ha salvado de morir del aburrimiento en estos eventos.

- Voy a por un café. La falta de sueño me está afectando. Lo ignoraría si solo quedará una clase, pero me caigo de sueño y solo estamos en el receso. ¿Tú hacia dónde te diriges, Mikage?

- Estoy buscando a Nagi ¿Le has visto? Seguro se está escaqueando de las clases o se ha quedado dormido por ahí – me preguntó.

- Lo siento, no sé quién es – respondí.

- Un chico alto, de pelo blanco y ojos grises con mirada cansada. Siempre está jugando con su móvil – me describía para ver si me había encontrado a un sujeto con esas características.

- Lo siento, no me he encontrado con alguien así.

- Está bien. Gracias igualmente – dijo para irse por el lado contrario al que me dirigía.

Finalmente llegué a la máquina expendedora. Teclee el número del café espresso en la máquina. Busqué el dinero en los bolsillos de mi chaqueta, pero una moneda se cayó y salió rodando en dirección a las escaleras.

-Por favor, no caigas escaleras abajo – dije a sovoz como si la moneda fuera a escuchar mis peticiones. Justo antes de que la moneda se cayera, logré darle un pisotón para frenarla, pero al estar muy al borde del escalón, me resbalé y me caí hacia atrás de culo.

-Auch... ¿Por qué soy tan torpe? – al alzar la vista, me percaté de un sujeto que estaba sentado en las escaleras. A pesar de mi desliz, no había apartado la vista de su móvil. Me preguntaba qué le haría estar tan concentrado, que ni se inmutó por el estruendo que acababa de hacer. Me incliné un poco hacia la derecha, para poder verle con un poco más de perspectiva. Tenía un pelo sedoso de color blanco, con unos ojos grises y una mirada concentrada. Resulta que estaba jugando a un juego, el cual me resultaba bastante familiar.

- ¿Genshin? – dije en voz alta sin pensarlo haciendo que el joven despegara la vista de la pantalla y mirase hacia atrás.

- ¿Juegas? – me preguntó pillándome desprevenida.

- Digo que si juegas – insistió él un poco más.

- ¿Eh? Ah, sí. Juego un poco de cada tanto en tanto – le respondí. Me resultó curioso que no me preguntara otras cosas más obvias como "¿Por qué estás espiándome?" o un simple "Qué haces en el suelo?".

Se formó un incómodo silencio entre los dos, sin apartar la mirada de nuestros ojos. Tenía una mirada preciosa con unas largas pestañas que le hacían parecer un modelo. ¿Cómo no podía haberme percatado de la existencia de este chico hasta ahora?

-¿Cómo te llamas? - dijo el joven para romper ese silencio.

-____ ___________ - le respondí - ¿Tú?

Blue Lock - One shotsWhere stories live. Discover now