2. Nada que un café no arregle

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El sonido de la alarma del móvil casi me mata del susto. Habría jurado haberla desactivado antes de dormirme.

Me froto los ojos y apenas tengo ganas de mirar el despertador de la mesita de al lado, la verdad es que esper haber dormido todo lo que necesitaba. 

No se cuantos minutos me quedo igual, mirando el techo, esperando que algo pase. Cuando por fin me doy animos de moverme recuerdo que no estoy en mi dormitorio habitual.

Me toma un par de segundos recordar que anoche, no quise dormir junto a Connor y vine hasta la otra habitación.

Mi habitación real, en la que no tengo ninguna de mis cosas. 

Apenas pongo un pie en el suelo, puedosentir que mi cuerpo por fin había descansado, a pesar de que solo habían sido un par de horas de sueño, era todo lo que necesitaba.

No soy una persona que duerma mucho, con unas pocas horas me puedo defender.

Se llama insomnio...

Intento no hacerle caso a mi cabeza y me centro en lo importante. Hacerle frente al montón de problemas que tengo con mi compañero de piso y novio.

Voy directo al baño y me lavo la cara para poder despertar por completo. Sin embargo, la imagen de la chica que está en el reflejo del espejo me aterra.

¡Me veo fatal!

Tengo unas bolsas negras muy marcadas bajo mis ojos verdes, que se ven más oscuros. A mi pobre cabello no le había ido mejor. Parecía que llevaba un nido de pájaros, así que opté por sujetarlo en una coleta.

Mi rostro grita cansancio por todos lados, pero no me siento como me veo.

Te encanta autoengañarte...

Había sido humillada e ignorada por mi novio frente a muchos desconocidos, pero eso no iba a derrumbarme.

¿Aún podemos solucionarlo, verdad? Sí, él se disculpará y me explicará que el tal Jaxon no se acordaba de mí.

Ni tú te lo crees.

Mi conciencia se ha levantado más honesta que nunca.

Sabes que tengo razón la mayoría del tiempo.

Decido hacerle caso omiso y miro el reloj, son las siete de la mañana.

No había querido ir a revisar si Connor había llegado a casa, ni siquiera lo había sentido entrar al piso.

Termino de secarme la cara y voy directo a nuestra habitación.

No me sorprende demasiado ver que la cama está vacía. Habían sido muchas las ocasiones en las que él había salido de fiesta y no había regresado hasta el día siguiente.

Intento no hecharme a llorar en ese momento, no puedo andar por la vida asi. 

Hoy no tengo clases, así que me visto con mi ropa deportiva y salgo a correr. Eso debe darle tiempo suficiente para que regrese a casa, se duche y me dé una explicación.

—Un poco de aire no te viene mal, Kay— murmuro mientras me pongo los audífonos.

Pongo mi playlist en modo aleatorio, mientras bajo por el elevador "Vampire" de Olivia Rodrigo comienza a sonar y no puedo evitar una sonrisa triste. 

Definitivamente, necesito un descanso. Los exámenes me han dejado muerta, llevo más de dos días sin poder dormir y no hablemos de la comida.

Debido a mi falta de tiempo, y a que Connor no hace las compras, la despensa del piso está prácticamente vacía.

No Demores en llamarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora