EL DÍA ANTES DE LOS OCTAVOS

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Enzo

Se despertó a la mañana siguiente, sintiendo un peso inusual en el pecho, cuando al fin pudo abrir los ojos entre la claridad del día, vio a un Julian dormido profundamente encima de él, respiraba tranquilo y sus gruesas pestañas decoraban sus ojos cerrados.

Quien pudiera levantarse con Julian Alvarez encima.

Sonriendo, le dio un beso en la frente y se despegó del mayor con cuidado. Agarró su celular y vio que el reloj marcaba las cuatro y media de la mañana. Tenía media hora hasta que suene la alarma de Julian.

Si, porque se ponía una alarma a las cinco de la mañana todos los días, Enzo todavía le guardaba rencor por eso.

Enzo sabía que una vez despierto no se iba a poder dormir más, así que se levantó y fue directo para él baño, a cepillarse los dientes y vestirse con ropa de deporte.

Cuando volvió al cuarto, Julian todavía durmiendo como oso, agarró su celular, su toalla de mano y una botella de agua fría que había en la mini heladerita, para salir directo al gimnasio.

Los pasillos estaban desiertos, no había nadie despierto a esa hora, la mayoría había quedado tan cansado del entrenamiento forzoso de ayer, que hasta las seis y media no iban a estar arriba.

Y la verdad era que Enzo también estaba cansado, bastante, pero no iba a poder volver a dormirse, y seguro terminaba despertandolo a Julian, que después de tanto esfuerzo ayer, merecía dormir más que ningún otro en la selección.

Estaba por entrar al gimnasio cuando sintió su celular vibrar. ¿Quién mierda lo llamaba a esta hora? Decí qué estaba despierto porque podía llegar a matar a la persona que rompía las pelotas tan temprano.

En la pantalla de su celular, grande y brillante aparecía el nombre "Amor". Y toda tranquilidad que sentía Enzo se fue a la mierda.

Estando con Julian se olvidaba de sus problemas, pero eso no significaba que no existiesen. Era muy peligroso.

Atendió, de mala gana, y tuvo que separarse el aparato del oído, porque la primera impresión que tuvo fue música fuerte y gritos, Valentina estaba en un boliche.

– Hola mi amor hermoso... – Le dijo su novia, arrastraba las palabras. Estaba muy en pedo.

– ¿Qué pasa? ¿Dónde estás? – Preguntó saliendo afuera así no gritaba al lado de las habitaciones.

– Acá, salí a despejarme un poco, ¿Vos, gordo?

Enzo cerró los ojos, agarrándose el puente de la nariz antes de hablar. – Me levanté temprano para ir a entrenar, mañana es el partido de octavos de final.

– ¡Ay, pero obvio que yo sabía eso! ¿Por qué no me tratas bien? – Se quejó la morocha al otro lado de la línea.

Y Enzo la amaba con toda su alma, no solo era su novia sino su mejor amiga, incluso si sus sentimientos por ella ahora tiraban más a la segunda opción, pero podía llegar a volverlo loco muy fácil. Como ahora.

– Capaz, pero nomas capaz, ojo, que porque me estas llamando en pedo en un boliche donde no tengo idea, no se ni con quien estas y son las cuatro y media de la madrugada, pero capaz nomas. – Le dijo a través del celular.

Por Mil Noches   - Enzo Fernandez x Julian Alvarez -Where stories live. Discover now