CANGUROS

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Julian

– ¡PATADA DE CANGURO A GOLPE DURO! ¡LO VAMO A PARAR CON ESTO, NEGRO TE LO JURO! TRAJE CIANURO PARA METERLE EN EL TRAGO! – Julian veía como De Paul saltaba en una silla, en medio del almuerzo con el parlante abajo de la mano.

Después del entrenamiento de la mañana todos parecían llenos de energía, o la mayoría. Leo tiró de la camiseta de Rodrigo haciéndole señas de que corte la música y se siente.

Julian contó tres segundos, eso tardó De Paul en hacerle caso a Messi, la música se frenó y se escucharon nomas los ruidos de las conversaciones entre jugadores mientras comían.

– Yo te digo que un carpincho le gana a un canguro en una pelea, Lisandro, y si te lo digo es porque lo sé. – No estaba muy entretenida la conversación del Cuti y Lisandro, o por lo menos no tenía mucho sentido, pero Julian estaba inmerso en escuchar como Romero lo peleaba.

A Julian le encantaba la relación que tenían sus dos compañeros, siempre boludeando y acompañandose sin miedo a que digan los demás. Miró al otro lado de le mesa, donde Enzo hablaba con Otamendi sobre tácticas para el partido de pasado mañana. Suspiró y devolvió la vista a los otros dos, que seguían peleando.

– ¿Vos te estas escuchando, Cuti? – Julian nunca había visto a Lisandro tan fuera de si en su vida. – ¿Cómo te entra en la cabeza que un carpincho, osea una cosita toda chiquita, le va a hacer frente a un cangurote, y encima le va a ganar? No tiene sentido, hermano. Usa esa cabezota. – Lisandro le dio tres golpes en la frente a Romero cuando terminó de hablar.

El Cuti lo agarró de la muñeca para seguir explicando su argumento.

– El carpincho es ágil porque es chiquito, tiene más posibilidad que el  canguro.

– Mira, lo único chiquito acá es tu pija.

Y después de ese comentario de Lisandro, empezaron a los manotazos limpios. Las primeras veces Julian los había intentado separar, porque se pegaban con fuerza, pero después de un tiempo se dio cuenta que era su forma de expresarse amor.

– Parecen nenes, boludo. – Escuchó una voz al lado suyo y se giró, Dybala miraba la situación negando con la cabeza.

Julian se giró para su lado y le sonrió asintiendo. – Entre ellos se entienden, que es lo importante.

– Supongo que si...

Todo se quedó en silencio por unos minutos, mientras los dos comían, Dybala parecía inquieto por algo, pero Julian no entendía el por qué.

– ¿Estás bien? – Le preguntó Paulo de la nada.

Julian se sorprendió ante la pregunta. – Si ¿Por?

– Te vi caminando medio mal hoy a la mañana, y tenes esas marcas en los muslos...

Toda la sangre se le fue a los cachetes cuando escuchó eso. Dybala sabía muy bien por qué eran las dos cosas, pero parecía querer ser discreto al respecto.

– E-Estoy bien...de verdad. – Le dijo y lo miró, intentando transmitir por sus ojos lo que no podía por su boca.

Dybala se le acercó al oído y le habló.

Por Mil Noches   - Enzo Fernandez x Julian Alvarez -Where stories live. Discover now