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Cuando estás completamente solo, empiezas a darte cuenta de ciertas cosas, a sobre pensar, a analizar que has hecho con tu vida, Minho estaba en uno de esos momentos, solo en su habitación mientras sus padres estaban en una cena de negocios como s...

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Cuando estás completamente solo, empiezas a darte cuenta de ciertas cosas, a sobre pensar, a analizar que has hecho con tu vida, Minho estaba en uno de esos momentos, solo en su habitación mientras sus padres estaban en una cena de negocios como siempre.

Minho también se imagino en un futuro como ellos, casado sin amor, solo teniendo hijos por el compromiso de tener a el heredero del negocio, estando cada noche en un bar diferente con cualquier mujer que se te cruce al frente mientras que su mujer probablemente hacia lo mismo, mientras que sus hijos los esperaban para que les contarán un cuento.

Una vida terrible, la vida que nunca quiso tener pero que sabía que no podía evitar.

Minho era uno de los pilares de su familia, de el dependía el despacho familiar, ya que el era el heredero del mayor de los hijos de su abuelo, y justo por eso tenía mucha presión en sus hombros, tenía que estudiar bastante para lograr sobresalir entre todos, tenía que ser un alumno y deportista ejemplar, el tenía que ser el orgullo de su familia.

En cambio, Lee Félix siempre fue un dolor de cabeza para sus padres y abuelos, tan escandalosos y sincero, descarado y desobediente, sujeto a sus propias reglas, no dejando que nadie lo controlará, a nadie le importaba mucho lo que sucedía con él, por eso se podía decir que el tenía cierta libertad.

Félix siempre ha decidido lo que quiere hacer, sus amistades, su ropa, su carrera y su pareja, tenía la posibilidad de ir de fiesta en fiesta sin que le importará realmente a nadie, sus padres preferían dejarlo hacer lo que quisiera para evitarse berrinches, en resumen, Félix era la oveja negra de la familia, pero a pesar de todo la oveja negra es feliz, porque no está atado a sus padres, ni a nadie.

Minho nunca lo admitiría en voz alta, pero siempre quiso tener un poco de lo que tenía Félix, libertad

Sus padres ni en mil años lo dejarían cambiar la carrera, ni mucho menos dejarlo vivir en otra ciudad, a pesar de ser mayor, sabía que nunca se libraría del infierno que lo hacían pasar ellos, el de verdad algunas veces se preguntaba si se amaban, todo lo que decían y hacen juntos, parecía tan forzado, verlos cariñosos sería algo que nunca pasaría, ellos parecían odiarse, Minho no quería eso para su vida.

Pero sabía que así sería.

Porque no podía evitar lo inevitable, su vida ya estaba hecha desde que nació, sus padres solo lo habían tenido para asegurar la herencia del abuelo, para tener a su próximo heredero, pero realmente nunca tuvo amor de ningún tipo, sus padres siempre fueron fríos y manipuladores, nunca mostrando esa calidez que se espera de tus padres.

Tal vez por eso el no sabía amar, no sabía recibir y dar amor, no sabía cómo hacer sentir especial a otra persona, porque a él nunca lo habían hecho sentir así.

No quería justificarse, pero el en realidad no sabía estar en una relación, nunca tuvo un ejemplo de una relación sana y amorosa.

No era tan divertido enterarte de la infidelidad de ambos de tus padres a los once años, aunque realmente no lo sorprendió, para esa pequeña edad el ya era lo suficientemente maduro para no importarle mucho y no opinar nada, al menos eso era lo que mostraba por fuera, porque Minho solo era un niño, un niño que necesitaba amor.

𝗕𝗮𝗱 𝗕𝗼𝘆𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora