Neteyam trató de acercarse a él, dispuesto a iniciar otra pelea física, pero lo detuve rápidamente poniéndome frente a él.

Puse mi mano en su pecho tratando de calmarlo o hacer que retrocediera. Esto pareció alterarlo y cabrearlo más.

—¿Te pones de su parte después de todo? —Neteyam estaba fuera de sí, la ira en él parecía salirse a grandes cantidades por sus ojos. Su cuerpo estaba tan tenso que parecía que sus músculos se romperían.

—No me pongo de parte de nadie, solo trato de evitar otra pelea que acabará contigo como culpable —entrecerré los ojos sin desconectar nuestras miradas, tratando de hacerle entrar en razón.

—No me importa. Mi hermano ha desaparecido por su culpa —le señaló con odio sin despegar su mirada furiosa de la mía calmada—. Si le pasa algo te juro que lo mataré.

Me acerqué más a él, nuestros rostros a escasos centímetros de distancia, mirándole con un deje de dulzura. Podía ver que realmente lo estaba pasando mal por su hermano.

—No estás siendo razonable, Neteyam —le susurré, haciendo de nuestra conversación algo privado—. Si atacas a Aonung le darás una razón a mi madre para echaros de nuestras tierras. Eres un buen guerrero, y estoy segura de que también serás un noble Olo'eyktan algún día, no dejes que tus emociones te conviertan en alguien que no eres.

Extendí mi mano, apoyándola donde podía sentir su corazón latiendo con fuerza. Su mirada se relajó bastante y trató de calamar su respiración observando mis ojos.

—Un buen guerrero no se mide por su fuerza, sino por su nobleza y honor —acaricié levemente su piel, haciendo énfasis en mis palabras—. Yo te veo.

Hice una pausa y le miré con súplica.

—Y te veo por quien eres. Por lo que realmente sientes y la forma en la que proteges a tu familia.

Neteyam bajó las orejas con pena y suspiró calmándose del todo. Se le veía agotado por sus esfuerzos por mantenerse en tensión, así que inconsciente apoyó su frente sobre la mía, sin despegar nuestras miradas

—Haz lo correcto, por favor —susurró, mirándome suplicante.

Su mirada destrozó todas mis defensas y tragué. Era la primera vez que sentía tanta conexión con alguien, era una sensación tan extraña; se sentía como si sintiéramos las emociones del otro, como si las compartiéramos.

—Siempre lo hago —le sonreí levemente y me aparté con lentitud para acercarme a Aonung.

La mirada de mis hermanos era de absoluta sorpresa y confusión, tragué con nerviosismo regresando a la realidad y me enfrenté a mi hermano.

—¿Qué ha pasado, Aonung? ¿Dónde está Lo'ak? —Le hablé con la voz demandante y su nerviosismo creció notablemente.

—Yo... Solo queríamos gastarle una broma después de la pelea de hoy —se rascó la nuca mientras hablaba. Mi mirada se fue endureciendo y bajé las orejas sintiendo que podría abalanzarme sobre él.

¿Cómo puede ser tan inmaduro?

—No repetiré otra vez la pregunta, Aonung. ¿Dónde está Lo'ak? —Me le acerqué amenazante, sintiendo a Tsireya detrás mío removiéndose nerviosa y llena de pánico.

Aonung tragó y se preparó para su confesión.

—Lo dejamos solo más allá del arrecife. No ha vuelto aún...

Pude sentir como la ira volvía a emanar de Neteyam por lo que me di cuenta de que tenía que actuar rápido antes de que el mencionado se tratara de abalanzar sobre él de nuevo.

Skawng // NeteyamWhere stories live. Discover now