El tesoro del dragón

CAPITULO 1: Es un ajuste perfecto

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Harry Potter ni de sus personajes, esto es mera fanfiction.

Holly Potter descubrió cómo Hagrid corría por el Callejón Diagon antes de girarse y abrir la pesada puerta de la tienda de túnicas.

Había montones de telas, adornos y accesorios hasta donde alcanzaba la vista. Holly miró la enorme sudadera con capucha que inundaba su pequeña figura. Una vez había pertenecido a su primo Dudley. Tal vez sería mejor comprar algunos atuendos adicionales mientras ella estuviera aquí.

Pasó los dedos por los lujosos rollos de tela, dirigiéndose hacia la parte trasera de la tienda donde escuchó voces femeninas hablando de un lado a otro.

Holly se pasó un mechón de su largo cabello negro que se le había escapado de la trenza detrás de la oreja. Su tía y su tío habían hecho todo lo posible para cortarle el cabello salvajemente repetidamente, pero solo volvía a crecer más espantoso y largo de la noche a la mañana. Finalmente, Petunia se dio por vencida y le enseñó a Holly cómo trenzar su largo cabello en intrincadas trenzas para mantenerlo ordenado.

Hagrid le había explicado que probablemente el cabello de una bruja se consideraría sagrado y un símbolo de su poder mágico. El cabello extremadamente largo como el de ella era indicativo de una bruja muy poderosa. Eso fue lo que impidió que su tío y su tía pudieran ser breves. Él le dijo que se mantuviera así en todo momento, ya que era un gran honor para ella permitir que alguien viera su cabello suelto.

Ahora con el cabello asegurado, se asomó detrás de una cortina que separó el frente de la parte trasera de la tienda.

Había varias mujeres de pie charlando mientras un chico rubio estaba parado en lo alto de una plataforma elevada con túnicas escolares negras ajustadas a su forma alta.

Una pequeña bruja que tenía una cinta métrica alrededor de su cuello miró hacia arriba desde donde estaba arrodillada sujetando los dobladillos de su túnica.

-¿Hogwarts querida? - preguntó y Holly se sonrojó ante el término cariñoso. Ella asintió con la cabeza tímidamente. Nunca nadie la había llamado así antes, y tomaría un tiempo acostumbrarse a la amabilidad.

-Sube a la plataforma entonces, estaré contigo en un momento-.

Holly caminó hacia la plataforma al lado del chico rubio y se levantó para pararse en ella. Delante de las plataformas había una larga serie de espejos que le permitían ver su propio reflejo y el de él.

El chico de la plataforma opuesta era más alto que Holly y más grande. Sabía que era delgada y baja para su edad, un efecto de no ser bien cuidada por los Dursley. Sin embargo, su cabello siempre fue largo y espeso, y su piel siempre impecable y pálida.

El chico a su lado tenía la piel tan pálida como la de Holly y su cabello era tan rubio que casi era blanco. Su postura era inmaculada y tenía un aire de refinamiento que hizo que Holly se sintiera atraída por él.

Él se giró para mirarla y Holly se sonrojó furiosamente al darse cuenta de que lo había estado mirando durante varios momentos. Él le devolvió la sonrisa con confianza y ella hizo todo lo posible para encontrar su mirada y no parecer tímida.

Llevaba ropa lujosa, y Holly deseó no llevar ropa de segunda mano de Dudley. Queria ser refinada y segura como el.

-¿En qué casa crees que estarás? - preguntó, y Holly luchó por pensar en una respuesta. No sabía nada sobre las diferentes casas de Hogwarts, excepto por sus nombres.