Capítulo seis: Beso.

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Iván tiene su habitación literalmente al lado, y no lo he visto en dos semanas, bueno, en las clases, pero es igual a Arthur, como si no estuviera, no habla con nadie, ni conmigo, he tratado pero dice que está ocupado y se va, pasa las tardes en su habitación encerrado haciendo no sé qué, ni siquiera lo escucho, aunque las paredes son gruesas antes el me gritaba fuerte algo y podía oírle, ahora he tratado tanto de conversar, he ido tres veces de noche a tocar su puerta y su respuesta es "Ahora no, Zean".

Incluso Victorio, mi supuesto "mejor amigo" no se queda atrás, puesto que desde que se enteró que sería el tutor de Arthur me dijo...

"—No puedo creer que seas ahora el tutor de ese tipo sabiendo todo lo que te dijo, ¿De verdad, Zean?"

Decidió aplicar la ley del hielo. Todos los días siguientes ha estado metido en sus libros, con los audífonos puestos y dedicado al millón de tareas que tenemos. Parece que no me quiere, aunque al menos no está de novio con Zacharias. Esas palabras de Victorio no se me salen de la mente, sólo quería decirle que era por dinero, aunque no podría mentirle, acepté porque amo a Arthur, oh, también porque soy un idiota, lo sé. Aún así dentro de mi quería pasar tiempo con él y bueno, el universo me castigó de la peor manera y ahora estoy con dolores lumbares y ojeras por hacer trabajo doble como un tonto.

Ok, se preguntarán que porque sé que Vic y él no están juntos y bueno, hoy estuve viendo Instagram y Zacharias subió una foto con un "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" que tipo tan ridículo, tan básico, tan humillan... ¡Ya! Bueno, no sé ni porque digo eso, Dios, ¿Qué me pasa? No soy esa clase de persona.

¿En qué me convierto? ¿En qué se convierten mis amigos? ¿Por qué ya nadie es igual?

Es decir, Elliot no, él está delante de mí, sentado de espaldas en la esquina de mi cama, revisando Instagram, él es el único que no ha cambiado mucho, aunque a decir verdad sé que está triste porque Iván no nos habla, pero cada vez que trato de hablar con él cambia de tema, así qué desistí. Siento que Iván tiene problemas con sus padres, aunque más consigo mismo, creo que tal vez batalla con su homofobia interna, quizá se odia por lo que hizo con Elliot.

Lo sé porque Iván un día, cuando estaba triste me contó sobre las palizas que su padre le daba a su tío por ser gay, y realmente debe tener miedo, algo me dice que prefiere alejarse de Elliot y me duele, porque al mismo tiempo se aleja de mí. Se suponía que siempre estaríamos todos juntos, y ahora cada quien está en su propio camino.

Por otro lado, estoy sentado en mi cama, con dos libros en mi regazo y hojas al rededor, mi computador está encendido mostrando el tema que estoy estudiando hoy. Me duelen mucho los dedos de la mano y la muñeca, creo que si fuese un teléfono estaría al 10%.

—¿Sabes si mañana nos dejarán por fin salir?— pregunta Elliot sin quitar la mirada del teléfono. Creo que ve un tutorial de maquillaje coreano masculino.

Otro tema deprimente, se supone que los sábados todos los estudiantes pueden salir del internado, ir a casa de sus padres o a puestos de comida, centros comerciales cercanos y cosas así, y desde la fiesta, osea, hace dos semanas nos han prohibido hacerlo a todos los que participamos en esa mierda. Me arrepiento tanto de haber ido. Una fiesta de mierda en la que perdí la dignidad y casi muero ahogado, ¡oh! Casi omito el hecho de que me enfermé y se me rompió el corazón.

—No lo sé— suspiro. Mi teléfono suena, y el de Elliot al mismo tiempo, frunzo el ceño tomándolo, se enciende mostrando mi fondo nuevo, sí, quite la foto de Arthur que tenía antes, ahora está un gatito lindo de pinterest. Estoy seguro de que ese gato no me diría "Maldito afeminado".

Un Príncipe De Cuento ©Where stories live. Discover now