Oculta (Renacer es la continuación)

El principio de todo.

Me desperté de un salto cuando escuché que alguien tocaba la puerta.
Tarde poco en acordarme de lo ocurrido el día anterior.

- ¡Pasa! - grité medio dormida, no me hacía falta preguntar, sabía quién iba a cruzar la puerta.

- Buenos días Lily, no te habré despertado - dijo mi tío dándose cuenta de que si lo había hecho.

- No pasa nada, estaba a punto de levantarme, en un momento bajo - le dije a mi tío, mientras me metía en el baño para asearme antes de bajar.
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Bajé directa a la cocina, donde me estaban esperando mis tíos, seguramente ayer leyeran la nota y querían aclarar todo ahora.

- Buenos días tíos - les salude mientras me sentaba en la mesa.

- Buenos días cielo, te estábamos esperando para hablar de la nota, pero como no te levantabas y tu tío tiene que ir en un rato al hospital.. - me explicó mi tía a modo de disculpa.

- No pasa nada tía, lo entiendo. Os estuve esperando, pero como no llegabais y era importante aclararlo, me atreví a entrar en vuestra habitación y dejar la nota - les expliqué, antes de contarles lo ocurrido el día anterior.
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- ¿Pero cómo no nos habías contado esto antes? - me exigió mi tío a modo de reproche.

- Podría haberte pasado algo si hubieran sido dos o tres lobos. ¿Eres consciente del peligro que has corrido?- me reclamó mi tía, estaba hecha un manojo de nervios.

Podía notar lo preocupados y enfadados que estaban conmigo, por haberles ocultado el ataque en el bosque, pero no pensé que fuera adecuado contárselo, teniendo en cuenta la reacción que tuvo mi tía cuando le conté el encuentro con el chico lobo.

- Lo sé, ahora soy consciente del peligro que he corrido, pero no acaba ahí - les dije tranquila.

- Que más ha pasado - dijo mi tío, mientras me miraba preocupado.

- Ayer salí a pasear por el pueblo y me llamó la atención una pequeña cafetería, al principio no asociaba el olor, pero luego recordé el olor a lobo y pensé que sería su tapadera en el pueblo. Salí de allí para no meterme en problemas, pero cuando iba hacia la moto.. Me encontré de frente con Jared Malek y me dijo cosas que no comprendí, también me dijo que os advirtiera que la próxima vez que se incumpliera el acuerdo no serían tan corteses.. - les dije todo a mis tíos, esperando que me pudieran resolver las dudas.

- Tendríamos que haberla contado todo antes de que saliera por el bosque - le dijo mi tía a mi tío a modo de reproche.

- Eloise tienes razón, pero con todo lo que ha pasado, se me ha pasado - respondió mi tío, un poco estrenado.

- Perdón, pero ¿podríais decirme de que estáis hablando? - necesitaba poder enterarme de algo.

- Fue hace mucho tiempo, cuando llegué a este pequeño y aislado pueblo de Alaska, los lobos aún no vivían aquí. Yo acababa de licenciarme en medicina y comencé a trabajar en un pequeño consultorio a las afueras del pueblo. Solían llegar enfermos de peste y viruela, pero no solían sobrevivir mucho tiempo.
Un día llegó un chico, con unas extrañas mordeduras, se estaba desangrando y con mucho esfuerzo conseguimos estabilizarlo. Parecían mordeduras de oso o algo más grande. Decidí investigar por mi cuenta, y un día cuando salí a cazar en el bosque, me los encontré, una manda de cuatro lobos. Sabía de su existencia, pero nunca los había visto. No estaba seguro de que hubieran sido ellos, pero en cuanto notaron mi presencia, comenzaron a correr en posición de ataque. Intenté escapar pero fueron más astutos y me rodearon. En ese momento me decidí y les pregunté si habían sido ellos los responsables del ataque a un chico de la aldea.
Para mi sorpresa, uno de los lobos, el más grande se transformó en hombre y me dijo que ellos nunca habían tocado a un ser humano, pero que tenían al causante delante y rodeado. Les aseguré que no bebía sangre humana, que intentaba salvar vidas, pero ellos se rieron. En ese momento llegó un hombre mayor, de piel oscura y con una mirada calló las risas de los lobos. Les ordenó que me dejaran salir y me pidió que habláramos.

- Soy el líder de la manada y te puedo asegurar que ninguno de nosotros hemos tocado nunca a un hombre y si tu pálido, dices que tampoco lo has tocado, ha podido ser un oso pardo, además si el chico se metió en el bosque solo era presa fácil - me dijo el jefe de la manada.

- Me parece probable, pero aún así, lo más conveniente para todos sería que delimitáramos nuestros territorios, así si pasara algo, sabríamos quien a sido, además nadie podría pasar al territorio contrario sin permiso, así nadie se sentiría incomodo por la presencia de los otros - le propuse al jefe.

- Me parece un buen acuerdo, pero si un pálido de tu clan llegará a atacar o morder a un hombre, el acuerdo se rompería y nosotros los protectores de los hombres, acabaríamos con vosotros - me dijo como último requisito para cerrar el trato.

Desde ese día, no hemos tenido problemas con ellos, el pueblo es un lugar neutral, ellos viven en un pequeño poblado cerca del bosque y los acantilados. En cambio nosotros vivimos en la casa que construí, donde estaba el pequeño consultorio, a la afueras del pueblo.

- Hasta hoy no habíamos tenido ningún tipo de problema y me preocupa, espero que no hayan pensado que es una provocación, porque son muy impulsivos y no desaprovecharían ninguna oportunidad para comenzar una guerra - comentó mi tío, cuando acabó de contarme la historia.

- Jared me dijo que la próxima vez, no lo pasarían por alto, así que mientras no vuelva a hacer ninguna tontería, estaremos bien - le dije a mi tío muy convencida.

- No te preocupes, no creo que lo hagan, además estarían en desventaja, porque somos más rápidos y ellos lo saben - me aseguró mi tía.

- Además Jack me esta enseñando movimientos para combatirlos y ganarlos en un cuerpo a cuerpo - les comenté orgullosa de mi rápido aprendizaje.

- Me parece muy bien que os llevéis tan bien, lo más seguro es que se quede un tiempo, hasta que se calmen las aguas - dijo mi tío.

Después se despidieron de mi y se fueron a trabajar.
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Me entró mucha curiosidad mientras mi tío contaba la historia, porque me había dado cuenta de que no sabía si Jack se había encontrado con algún lobo o si se había enfrentado contra uno.