Oculta (Renacer es la continuación)

Los vigilantes.

Me fui pronto en la cama, pero no podía dormir, solo era capaz de dar vueltas y más vueltas, lo que consiguió ponerme mucho más nerviosa. No paraba de darle vueltas a lo ocurrido con ese lobo y las consecuencias que traería ese encuentro. Salí de la cama de un brinco y me dirigí a la terraza para tomar aire y así despejarme un poco.

Al poco tiempo de asomarme, vi que un coche había aparcado a la entrada del chalet y de él salía una chica delgada, de largo cabello castaño y un chico alto, ancho de hombros y de cabello muy claro.

Estaban sacando una maletas del coche y mi tío, que ya había llegado del hospital, les estaba dando la bienvenida.

Me puse nerviosa, no sabía quienes eran, ni que hacían aquí con maletas, pero me empezó a entrar mucha curiosidad. No aguanté mucho, baje las escaleras lo más rápido que pude, mientras me colocaba la bata. Por el camino me encontré a los invitados, en la cocina, con mi tía.

- Cielo, ¿va todo bien? - preguntó Eloise cuando escuchó a Lily bajar.

- No pasa nada tía, es que tenía sed - dije rápidamente, esperando que no se dieran cuenta de que era lo primero que se la había ocurrido.

- Bueno Lily, estos dos chicos son tus primos, que acaban de llegar - dijo Eloise muy sonriente señalándolos con la mirada.

- Encantada de conoceros, soy Lily - me presente tímidamente.

- Encantada de conocerte Lily, soy Rousse y este es James - dijo Rousse muy sonriente.

- Así que tu eres nuestra famosa prima, encantado de conocerte por fin - dijo entusiasmado James.

- Eh.. si, bueno.. yo la verdad es que no os conozco, es la primera vez que os veo.. lo siento - dije un poco cortada.

- Es normal que no nos conozcas Lily, pero a nosotros nos han hablado mucho de ti - dijo muy comprensiva Rousse.

- ¿A sí, quién? - pregunté muy curiosa.

- Han sido Charles y Eloise, están muy contentos de que estés aquí y no pudieron evitar contárnoslo - dijo James mirando a Eloise mientras sonreía.

- Oh.. yo si que estoy contenta de estar aquí, con vosotros - dije mientras la dirigía una cálida sonrisa.

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Poco después, mis primos subieron las maletas y se instalaron en una de las habitaciones contiguas a la mía. Aunque las pareces estaban hechas de hormigón, podía escuchar lo que hacían y de que hablaban. Intenté evadirme escuchando música y esperando que en algún momento el sueño llegara a mí y pudiera descansar, por fin.

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Me levante antes del amanecer porque no era capaz de quedarme más tiempo en la cama y tenía mucha curiosidad por seguir hablando con Rousse, que a primera vista me había parecido muy agradable y simpática.

Salí del cuarto, esperando escuchar en que habitación estaba, pero lo que escuché me dejó atónita, paralizada.

- Cuando estaba en el aeropuerto de Nápoles, ellos estaban allí, vigilando cada movimiento que hacíamos - dijo Rousse en un tono preocupado.

- Están inquietos, buscando y vigilando cada paso que damos, pero no tenemos que mostrar nuestras debilidades, porque no dudarán en atacarlas, ya los conoces - dijo James muy cortante.

- Tienes razón, tenemos que movernos con cautela e intentar que no descubran donde está, porque si lo hacen, vendrán a por ella y no tendremos más remedio que enfrentarlos - dijo Charles en tono serio y decidido.

Antes de que pudieran seguir hablando, mi tía los interrumpió, cuando se dio cuenta de la hora que era, se despidieron de mi tío, que tenía que marcharse a cumplir su turno de mañana. Me metí en mi cuarto, antes de que mis primos subieran a la habitación y me pillaran escuchando su conversación.

Estoy segura de que estaban hablando de ellos, me están buscando por todas partes y se que no se detendrán hasta que me encuentren, pero no quiero que mis tíos tengan problemas con ellos y menos que les pase algo por mi culpa.

No voy a permitir que por mi culpa, mi familia sufra las consecuencias, no voy a permitir que me encuentren, voy a hacer lo imposible por camuflarme tan bien, que sean incapaces de dar conmigo.

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Sin darme cuenta, me quede dormida y cuando me desperté ya eran más de las tres de la tarde. Rápidamente me levanté, me duché y salí a dar un paseo por el bosque.

Me gusta mucho el olor a bosque, la tranquilidad que se siente cuando caminas por el sendero, el sonido de los pájaros cantando, el oleaje chocando contra el acantilado y el sonido del mar, pero ese asqueroso olor a chucho, lo estropea.

-"Ugg es horrible, pero ¿de dónde viene?"- pensé.